viernes, 31 de octubre de 2025

El embarcadero del Hornillo en las postrimerías del siglo XX


Finalizamos nuestro recorrido por el ramal de Almendricos a Águilas, en el cual hemos ido mostrando el aspecto de sus instalaciones ferroviarias a finales del siglo XX, en el embarcadero del Hornillo. A pesar de que en esta serie fotográfica de Mario Fontán Antúnez no se documentó la estación de Águilas, este cargadero sí fue fotografiado y se realizó el reportaje fotográfico que les mostramos en esta entrada.


El puente metálico sobre la rambla de las Culebras permitía el acceso de
los trenes de mineral al embarcadero del Hornillo. 18 de septiembre de 1999


Túneles de acceso al embarcadero del Hornillo

El embarcadero del Hornillo fue inaugurado en 1903 y se mantuvo en activo hasta 1970, fecha de su clausura oficial. Era el punto por el que se embarcaba todo el mineral de hierro de los cotos mineros de Serón, Bayarque, Bacares, El Tesorero, la Sierra de Enmedio y otros.


Palanca de un cambio de agujas en El Hornillo


Curioso semáforo de madera que estaba situado en la boca
de entrada a uno de los túneles del embarcadero del Hornillo


Detalle de una tolva de los túneles del Hornillo


Tolvas y vía férrea en los túneles del embarcadero del Hornillo


Vista general de las instalaciones del Hornillo. 18 de septiembre de 1999


El embarcadero del Hornillo y la isla del Fraile

En nuestra siguiente entrega de la línea de Lorca a Baza y Águilas en las postrimerías del siglo XX veremos uno de los puntos de carga del mineral de hierro en la Comarca del Almanzora.

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

jueves, 30 de octubre de 2025

La estación de Jaravía en las postrimerías del siglo XX


Continuamos con la difusión de las fotografías del ramal de Almendricos a Águilas a finales del siglo XX. En esta ocasión, mostramos al público las imágenes de la estación de Jaravía (km 18/748).


Estación de Jaravía. 18 de septiembre de 1999

En 1999, esta dependencia ferroviaria aún conservaba sus edificios auxiliares (retretes, muelle cubierto y otras estructuras de menor entidad), los cuales serían demolidos en la siguiente década. En la actualidad únicamente subsisten el edificio de viajeros y los restos del muelle de mercancías y andenes.


Garita del guardaagujas lado Pulpí y cambio de marmita


Detalle del cambio de agujas: contrapeso o queso de la palanca
de accionamiento del mismo fabricado originalmente para MZA 
en 1922 y trasladado posteriormente a Jaravía en la época de RENFE


Estación de Jaravía. Vista general. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

miércoles, 29 de octubre de 2025

La estación de Pulpí en las postrimerías del siglo XX


En la anterior entrega de esta recopilación de fotografías de la línea de Lorca a Baza y Águilas de finales del siglo XX, decidimos cambiar el rumbo de nuestro viaje en el tiempo a través de las fotografías de Mario Fontán Antúnez y continuar por el ramal de Almendricos a Águilas. Nuestra primera parada es la estación de Pulpí, en el kilómetro 9/988 del citado ramal.


El automotor 592-063 (592-015R) realizando un servicio de cercanías
entre Murcia del Carmen y Águilas. Esta unidad, fabricada en 1982,
aún continúa en servicio en la actualidad. 18 de septiembre de 1999


Restos del depósito de agua o cubato de Pulpí. 18 de septiembre de 1999

A finales del siglo XX, la estación de Pulpí contaba con su edificio de viajeros, el muelle de mercancías y el cubato. El primer inmueble no hacía mucho tiempo que se había pintado y tenía sus vanos cegados, el segundo aún no había sido restaurado y la tercera estructura conservaba la parte de fábrica pero no las piezas metálicas. En esta dependencia ferroviaria sólo había una vía, la general, al haber sido reducida a apeadero sin personal tres décadas antes.


Estación de Pulpí. Vista general. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

domingo, 26 de octubre de 2025

La estación de Almendricos en las postrimerías del siglo XX


La estación de Almendricos, situada en el km 23/702 de la línea de Lorca a Baza y punto de inicio del ramal que va desde esta pedanía lorquina a la ciudad de Águilas, es la protagonista de esta publicación en la que continuamos difundiendo las fotografías de Mario Fontán Antúnez que muestran el estado del ferrocarril del Almanzora en las postrimerías del siglo XX.


Aguada de la estación de Almendricos. 18 de septiembre de 1999


Edificio de viajeros y cocherón de la estación de Almendricos. Al fondo se 
puede ver el muelle cubierto de mercancías. 18 de septiembre de 1999


Cocherón, aguada y edificio de viajeros de Almendricos. La vía de la izquierda era 
la que iba a Águilas y la de la derecha, la que aparece medio desmontada y en cuyo
espacio crecieron olivardas y otras especies de matorrales, era la que iba a Baza y Guadix

Llegados a este punto, nos desviamos en nuestro camino y el viaje en el tiempo continuará por el ramal de Almendricos a Águilas hasta alcanzar el mar, tal y como lo hacían los antiguos trenes de mineral.

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

sábado, 25 de octubre de 2025

Las estaciones de Almajalejo, Huércal-Overa y Las Norias en las postrimerías del siglo XX


Continuamos mostrando al público el estado de las dependencias ferroviarias de la línea de Lorca a Baza y Águilas a finales del siglo XX. En esta entrada se muestran una serie de fotografías inéditas y de gran valor histórico, tomadas por Mario Fontán Antúnez en el apeadero de Almajalejo, la estación de Huércal-Overa y el apeadero de Las Norias en septiembre de 1999.

A finales de los años noventa, el apeadero de Almajalejo, situado en el kilómetro 46/000 de la línea de Lorca a Baza, se encontraba en un estado de conservación lamentable. El edificio de viajeros, el de los retretes y las escaleras de acceso al andén se encontraban con signos evidentes de abandono y vandalismo. Lamentablemente, todas estas estructuras ferroviarias fueron demolidas en 2006.


Apeadero de Almajalejo. 18 de septiembre de 1999

En cuanto a la estación de Huércal-Overa (km 41/774) respecta, ésta se encontraba en su primera fase de rehabilitación. Su edificio de viajeros y sus retretes fueron adecentados, pero unos años después cayeron en el abandono y fueron objeto de una segunda restauración recientemente.


Estación de Huércal-Overa. 18 de septiembre de 1999

Finalizamos el reportaje con el apeadero de Las Norias, situado en el kilómetro 30/614 de la línea, que corrió la misma suerte que el de Almajalejo y también fue demolido en 2006. En 1999, además del edificio de viajeros, conservaba elementos tales como casillas de guardaagujas y aparatos de accionamiento de señales.


Casilla de guardaagujas y palanca de accionamiento de la señal avanzada
del apeadero de Las Norias lado Huércal-Overa. 18 de septiembre de 1999


Las Norias. Edificio de viajeros. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

domingo, 19 de octubre de 2025

Los molinos hidráulicos y de aceite de Bayarque


Los molinos y las almazaras constituyeron industrias fundamentales en la economía tradicional de los municipios del Valle del Almanzora, dado que en ellas se procesaban las materias primas destinadas a la elaboración de productos alimenticios básicos que conformaron los cimientos de la dieta mediterránea hasta fechas relativamente recientes.

El presente artículo historiográfico analiza la evolución histórica y las principales características de los molinos, tanto hidráulicos como de aceite, ubicados en el término municipal de Bayarque.

Características generales y funcionamiento de un molino

Los molinos hidráulicos solían emplazarse en las proximidades de cursos de agua, ya fueran naturales o artificiales. Generalmente, el caudal se desviaba hacia el molino mediante el levantamiento de una presa que permitía derivar el agua a través de una canalización secundaria. En muchos casos, dicha conducción incluía un cubo, cuyo propósito era incrementar la fuerza de la caída del agua sobre el mecanismo. En otras ocasiones, el caudal se acumulaba previamente en una balsa, desde la cual se liberaba con la pendiente y la presión necesarias para accionar la maquinaria molinera.

Una vez apartado del curso principal, el agua caía por la acequia del molino (también denominada caz) y transmitía la energía hidráulica a la aceña. En los molinos de cubo, el agua circulaba por la acequia hasta precipitarse con fuerza a través de aquel, impulsando el mecanismo. En los molinos de acequia, la canalización debía presentar la pendiente adecuada para garantizar la presión suficiente. En los molinos de balsa, por su parte, el flujo se liberaba mediante un tablón que permitía su descenso a lo largo de una acequia con cierta pendiente, alcanzando con energía la maquinaria del molino.

El agua caía finalmente en una trampa que accionaba el rodete o rodezno, situado en la parte inferior del edificio, en un espacio abovedado denominado cárcavo. Este movimiento hacía girar la piedra volandera o superior sobre su eje. El grano, vertido desde la tolva, descendía hasta el empiedro, donde era triturado entre la piedra volandera, en movimiento, y la piedra solera o inferior, fija, obteniéndose así la harina.

A diferencia de los molinos hidráulicos, la ubicación de las almazaras o molinos de aceite no obedecía a criterios tan restrictivos, ya que no dependían de la presencia de un curso de agua. Su funcionamiento, además, resultaba más sencillo. Por lo general, se utilizaba un motor de sangre, es decir, la fuerza de un animal de tiro, para mover las piedras encargadas de triturar las aceitunas. Una vez obtenida la pasta de aceituna, esta se depositaba en unas espuertas denominadas cofines, que se colocaban posteriormente en una prensa. Mediante la presión ejercida, se separaba el aceite del resto de componentes sólidos y líquidos, completando así el proceso de extracción.

La maquila

La maquila constituía el porcentaje de cereal molido que percibía el molinero como retribución por su labor. Dicho porcentaje variaba en función del lugar y de la calidad del grano, situándose habitualmente entre el 5 % y el 12 %. No eran infrecuentes las disputas entre los molineros y quienes acudían a sus instalaciones para transformar el cereal, precisamente a causa de este gravamen. De tales tensiones surgió la conocida expresión popular: «de molinero a ladrón solo hay un escalón» (Garrido Jorquera, 2017: 417).

Los hornos de pan cocer

El horno de pan cocer era una instalación doméstica puesta a disposición de la comunidad, en la cual cualquier particular podía cocer el pan previamente amasado (Garrido Jorquera, 2017: 427). En el caso de Bayarque, se tiene constancia documental de la existencia de dos hornos de este tipo en el siglo XVI (Mirallas Jiménez, 2010: 131).

A mediados del siglo XVIII y según el Catastro de Ensenada, en Bayarque no existía ningún panadero, aunque sí se registraba la existencia de un horno de pan. Al hornero se le regulaba una utilidad anual de 730 reales de vellón, mientras que el alquiler del horno ascendía a 365 reales de vellón (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

Ya en el siglo XX, concretamente en 1934, se documenta la existencia de dos hornos de pan, propiedad de Antonio Pordoy Sánchez y Manuel Rodríguez, lo que demuestra la continuidad de esta actividad a lo largo del tiempo (Anuario Industrial y Artístico de España, 1933-1934: 218).

El último horno de pan de Bayarque cesó su actividad en 2004, poniendo fin a una tradición centenaria que había sido parte fundamental de la vida cotidiana del municipio (Mirallas Jiménez, 2010: 131).

Los molinos y almazaras de Bayarque

No se dispone de datos sobre la existencia de molinos anteriores al año 1568 (Vincent, 1989: CVII). Sin embargo, el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, citado por Diego Mirallas Jiménez (2010: 34, 131), documenta la presencia en Bayarque de seis molinos harineros y dos hornos de pan. Se tiene constancia de que uno de estos molinos pertenecía a un individuo apellidado Tebo, sin que se haya podido determinar si se trataba de García Tebo o Francisco Tebo, ambos identificados como propietarios moriscos (Mirallas Jiménez, 2010: 34). Por otro lado, no se registran datos sobre molinos correspondientes al año 1593 (Vincent, 1989: CVII), lo que sugiere una posible interrupción o falta de documentación en las fuentes conservadas para ese periodo.

El Catastro de Ensenada constituye un testimonio de excepcional valor para el conocimiento de la estructura económica y social de Bayarque a mediados del siglo XVIII. En las Respuestas Generales, se documenta la existencia de un único molino harinero en el término municipal, propiedad eclesiástica adscrita a una capellanía (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751):

A la Dezima-séptima Digeron que de lo que contiene, solo ai en el termino d este lugar, un molino arinero, con una piedra, propio de la Capellanía de D. Pedro Juan Mirallas, quien lo tiene arrendado en treinta fanegas de trigo en cada un año.

 

Este fragmento confirma que, hacia mediados del siglo XVIII, el único molino harinero de Bayarque pertenecía a Don Pedro Juan Mirallas, clérigo de menores órdenes. El molino contaba con una sola piedra y se arrendaba por una renta anual de treinta fanegas de trigo, una cantidad significativa para un núcleo rural de las dimensiones de Bayarque.

Las Relaciones juradas del vecindario eclesiástico de 1751 complementan esta información y aportan una descripción más detallada del inmueble y sus anexos agrícolas. En ellas, el propio Pedro Juan Mirallas, clérigo de menores órdenes, declara (AHPGR, Catastro de Ensenada, RRJJVE, 1751):

Poseo un Molino de Pan moler en la jurisdicción de esta villa que dista de ella medio quarto de Legua; que se dize el molino de Vaiarque está en el río que vaja de Vacares a esta villa, y da en arrendamiento en cada un año treinta fanegas y quatro zelemines de trigo; en dicho arrendamiento se incluien ocho paratos de mediana calidad que podra sembrar quatro zelemines y tienen unas parrizas pegadas a unas peñas de dichas tierras de paratos son de inferior calidad aunque se dize de Mediana; y tiene Cinco higueras y dos zerezos.

 

De esta declaración se desprende que el molino, identificado como el Molino de Bayarque, se encontraba a medio cuarto de legua del núcleo urbano, junto al río Bacares, localización que permite identificarlo con el conocido Molino de Abajo. Además del edificio principal, el conjunto incluía paratas de cultivo, parrizas y varios árboles frutales, lo que evidencia un aprovechamiento mixto de carácter agroindustrial y hortícola.

Por su parte, los Estados del Catastro de Ensenada consignan diversas rentas vinculadas a actividades agroalimentarias locales, tanto eclesiásticas como seculares. El alquiler del molino harinero, considerado un bien eclesiástico, ascendía a 667 reales de vellón anuales, mientras que el horno de pan cocer, de propiedad secular, generaba 365 reales. Asimismo, se registraban otras figuras fiscales y oficios relacionados con la producción y el comercio de productos básicos: el obligado de vinagre y aceite aportaba 200 reales, el facendero de vino y aceite contribuía con 150 reales, y el molinero de harina declaraba 1200 reales de vellón anuales (AHPGR, Catastro de Ensenada, Estados, 1751).

El propio documento menciona igualmente la existencia de una tienda de aceite y vino, lo que refuerza la idea de una economía local diversificada, articulada en torno al aprovechamiento de los recursos agrícolas y a la transformación de los mismos (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

A partir de este punto, las fuentes posteriores permiten seguir la evolución del entramado molinero y agroindustrial bayarquino desde el siglo XIX hasta comienzos del XX. En 1845, el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Pascual Madoz registra la existencia de dos molinos harineros en el municipio, lo que confirma la continuidad de esta actividad desde la época moderna (Madoz, 1845, IV: 78). Este dato implica un notable incremento respecto al único molino documentado en 1751, pero a la vez refleja una reducción drástica en comparación con los seis molinos de 1572, lo que evidencia una larga tendencia regresiva en el número de aceñas desde el siglo XVI.

A finales del siglo XIX, el Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración menciona una fábrica de harinas de Antonio Sánchez; no obstante, la misma fuente recoge también dicha fábrica en el municipio vecino de Tíjola (1894: 808). En 1897, el mapa del Instituto Geográfico y Estadístico muestra que existían cuatro molinos en Bayarque (la Cerrá, Abajo, el Cura y el del Rubio), lo que revela un aprovechamiento más intensivo del recurso hidráulico en ese momento (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897).

Ya en 1911, el panorama experimenta un cambio notable: el Molino del Cura es demolido para construir en su lugar la fábrica de la luz, signo inequívoco del proceso de sustitución del uso tradicional del agua por la generación de energía eléctrica (Serrano Navarro, 2023). El Anuario Riera de ese mismo año menciona dos molinos harineros en funcionamiento, pertenecientes a Victoria Flores Gutiérrez y Alonso García Carrasco, además de una almazara propiedad de Manuel de Torres (Riera Somalich, 1911: 358).

En 1916 se registraban dos molinos harineros, propiedad de Juan Teruel Romero y Juan Romero Martos (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4). En el Anuario de Almería (1925: 404), se indica que los dos molinos pertenecían a los Herederos de Alonso García Carrasco y a la Hidroeléctrica del Almanzora, y que también había dos almazaras pertenecientes a Herederos de Diego Miralles Rodríguez y Manuel Torres Rodríguez.

En 1930, el molino de Esteban Teruel Romero fue dotado de la maquinaria necesaria para suministrar energía eléctrica al pueblo de Bayarque, lo que supuso su conversión en una pequeña instalación hidroeléctrica. Funcionó con este cometido hasta aproximadamente el año 1940, año en que Bayarque fue conectado a la central hidroeléctrica comarcal (Mirallas Jiménez, 2010: 134-135; Carreño Soler, 2025: 45).

En 1934, la documentación refleja todavía dos molinos harineros (de Juan Teruel Romero y Esteban Teruel Romero), además de una almazara (Francisco Miralles) y dos hornos de pan (Antonio Pordoy Sánchez y Manuel Rodríguez). Tres décadas más tarde, en 1962, solo permanecía operativo un molino, el Molino de Abajo, tal y como confirman Diego Mirallas Jiménez (2010: 131) y la Reseña estadística de la provincia de Almería (1965: 291). El molino tenía una capacidad de molturación en 8 horas de 2,33 quintales métricos (Instituto Nacional de Estadística, 1965: 291).

Estos datos permiten observar la evolución del sector molinero y oleícola bayarquino desde su configuración inicial en el siglo XVI hasta su declive en el siglo XX, reflejando los cambios económicos, tecnológicos y sociales que afectaron al conjunto del Valle del Almanzora.

A continuación, analizaremos detalladamente el caso de cada industria por separado.

Molino de Abajo


El molino de Abajo se encuentra en la margen derecha del río Bacares, en el paraje homónimo y cerca del paraje de la Alameda, a unos 700 metros del casco urbano de Bayarque.

Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, las fuentes documentales permiten situar su origen con cierta probabilidad en el siglo XVI, momento en que el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572 ya menciona la existencia de varios molinos harineros en Bayarque (Mirallas Jiménez, 2010: 131). Por tanto, resulta plausible que el Molino de Abajo; por su localización junto al cauce principal, fuera uno de aquellos establecimientos hidráulicos de origen bajomedieval o morisco que continuaron en uso tras la repoblación cristiana. A mediados del siglo XVIII pertenecía a Pedro Juan Mirallas (Mirallas Jiménez, 2010: 34, 131; AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

Se trataba de una aceña de cubo que contaba con un empiedro.


Caz y cubo del molino de Abajo


Cubo del molino de Abajo

Se cree que éste era el molino donde Esteban Teruel Romero puso la fábrica de la luz.

Fue el último molino activo en Bayarque, siendo clausurado en la decáda de los sesenta del siglo XX (Mirallas Jiménez, 2010: 131; Instituto Nacional de Estadística, 1965: 291).

Actualmente se encuentra rehabilitado como vivienda.

Molino del Cura

El molino del Cura, también conocido como molino de Joaquín Pérez (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897), se encontraba en la margen izquierda del río Bacares.

El conjunto estaba compuesto por la aceña y un cortijo anexo, tal y como se indica en el mapa de Bayarque del Instituto Geográfico y Estadístico (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897).

En 1910 fue adquirido por Juan Fernández de la Cuesta, de la Hidroeléctrica del Almanzora, y fue demolido en 1911 para la construcción de la central hidroeléctrica de Bayarque (Archivo Histórico Provincial de Almería, 1910; Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1911: 1; La Información, 1911: 1; Diputación de Almería, 1912; Serrano Navarro, 2023).

Del cortijo únicamente se conservan en la actualidad las ruinas, único testimonio material superviviente de este antiguo ingenio hidráulico.


La central hidroeléctrica de Bayarque ocupa el lugar donde antiguamente
se emplazaba el molino del Cura. Fotografía tomada en agosto de 2024

Molino del Rubio

Se encuentra situado en la margen derecha del río Bacares, al sur de la central hidroeléctrica, y actualmente se encuentra en ruinas.


Ruinas del molino del Rubio y sus alrededores vistos desde la tubería
forzada de la central hidroeléctrica de Bayarque. Diciembre de 2023

Molino de la Cerrá


El molino de la Cerrá, también conocido como molino del Francés o de los Guiard, fue construido hacia 1880 por iniciativa de Guillermo Guiard Burgalat. Desde su origen destacó por incorporar los últimos avances técnicos en materia de molturación de granos, siendo capaz de mover dos piedras con un solo rodezno, lo que evidencia un alto grado de eficiencia mecánica y una voluntad de modernización poco común en el ámbito rural del Almanzora (Pozo Marín et alii, 2014: 124; Suárez Carrillo, 2011: 26, 30).

El edificio principal del molino, el cubo y el caz pertenecen al término municipal de Bayarque y la parte en la que posteriormente se instaló la fábrica de electricidad y parte de los corrales pertenecen a Tíjola.

A comienzos del siglo XX se inicia la transformación funcional del molino. En mayo de 1913, Adolfo Guiard Giménez proyectó la instalación de una turbina hidráulica con el objetivo de producir electricidad en el propio molino (La Independencia, 1913: 3). Cinco años más tarde, en 1918, aparecen las primeras menciones a la Eléctrica de Tíjola (Anuario de la Gran Industria de España, 1918: 55). El proceso culminó el 22 de diciembre de 1926, cuando Adolfo Guiard Jiménez solicitó oficialmente la instalación de un grupo electrógeno y una línea eléctrica destinada al alumbrado público de Tíjola y a la fábrica de harinas “Santa Isabel”, recientemente construida (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1926: 2). La central hidroeléctrica, las líneas de electricidad y los transformadores ya funcionaban a pleno rendimiento en 1927.

Los elementos eléctricos instalados en el molino de los Guiard fueron una turbina (probablemente de tipo Francis) y un generador de 33 kW (44 CV), además de los aparatos que componían el transformador que elevaba la potencia de la electricidad generada allí. Posteriormente, se colocaría allí un motor de gasoil de refuerzo (Pozo Marín et alii, 2014: 165).

Tras el fallecimiento de Adolfo Guiard Giménez en 1933, la empresa eléctrica pasa a denominarse Adolfo Guiard Giménez en Testamentaria (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1935: 2) y podríamos afirmar que, a partir de este momento comenzaría el declive de las instalaciones del molino de la Cerrá.

El 7 de noviembre de 1950, el Ayuntamiento de Tíjola hizo público el proyecto de Dolores Ruiz Mateo para instalar un motor de gasoil de 35 CV en el casco urbano, destinado a suministrar fuerza motriz a la harinera “Santa Isabel” y servir como fuente de electricidad de reserva (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1950: 2). Este hecho puede considerarse el inicio del fin del molino de la Cerrá, pues marca el tránsito desde la energía hidráulica para dar energía a la fábrica hacia sistemas motorizados independientes y, poco después, hacia el suministro de la Hidroeléctrica del Chorro.

En 1958, el molino ya no se encontraba activo. Ese año, Dolores Ruiz Mateo solicitó la legalización del alumbrado público de Tíjola en baja tensión, autorización concedida el 3 de junio de 1958 (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958: 1-2). Paralelamente, la empresa Hidroeléctrica del Chorro fue autorizada el 4 de julio de 1958 a construir una línea eléctrica y un transformador de 50 kVA para el suministro público (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958a: 1-2).

Tras la venta del molino de la Cerrá a Hidroeléctrica del Chorro, los Guiard pasaron a ser distribuidores de electricidad en Tíjola, actividad que ejercieron hasta principios de la década de los setenta.

El Molino de la Cerrá se encuentra en un estado de ruina progresiva y ha sido objeto de advertencias sobre su deterioro durante los últimos años. En 2023 fue incluido en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra por riesgo de desaparición tras las gestiones realizadas por la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”.

Molino en ruinas situado en las cercanías de la Cueva de la Paloma

La construcción de este molino se encuentra referenciada en el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, sin descartarse un origen medieval (Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567). Su clausura es de fecha desconocida, aunque se estima que debió producirse entre los siglos XVII y XVIII, ya que no figura en el Catastro de Ensenada (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752).

En la actualidad, el molino pertenece al término municipal de Bayarque. Sólo se conservan restos parciales de algunas paredes, el cubo y parte del caz.


Vista de la Cerrá con los restos del caz del molino. 27 de julio de 2021


Cubo del molino. 27 de julio de 2021


Cubo del molino y restos de pared. 27 de julio de 2021

Almazara de Jerónima de Torres


La almazara se encuentra situada en la calle del Pilar de Bayarque.

Sus orígenes son inciertos. Aunque Diego Mirallas data su construcción en época islámica (Mirallas Jiménez, 2010: 132), no hay evidencias arqueológicas ni documentales que respalden esta afirmación. Las primeras referencias a la tradición oleícola bayarquina las encontramos a mediados del siglo XVIII en el Catastro de Ensenada (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751; AHPGR, Catastro de Ensenada, Estados, 1751).

La industria, que perteneció a Manuel de Torres Rodríguez (Riera Somalich, 1911: 358) y posteriormente a Jerónima de Torres y otros (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1947: 4; Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1969: 1), contaba con un empiedro con una piedra troncocónica, movido por tracción animal, y una prensa de hierro fundido.

Su actividad se mantuvo hasta 1992, fecha de su cierre definitivo (Mirallas Jiménez, 2010: 132).

En la actualidad, la almazara de Bayarque se encuentra en un estado inmejorable de conservación gracias a sus propietarios, que la mantienen prácticamente intacta, siendo un ejemplo de preservación de estas antiguas industrias oleícolas en la Comarca del Almanzora.

Conclusiones

El análisis historiográfico de los molinos y almazaras de Bayarque permite apreciar la profunda vinculación de estas infraestructuras con la evolución económica, tecnológica y social del municipio y del conjunto del Valle del Almanzora. Desde el siglo XVI hasta bien entrado el siglo XX, los ingenios hidráulicos y oleícolas constituyeron el eje productivo de la economía local, actuando como intermediarios esenciales entre la agricultura y el consumo doméstico.

Las fuentes documentales más antiguas, como el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, evidencian la existencia de un entramado industrial notable, con seis molinos harineros y dos hornos de pan. Esta densidad de instalaciones refleja la importancia del cereal y del pan como bases de la dieta tradicional. Sin embargo, el progresivo descenso en el número de molinos a lo largo de los siglos manifiesta una clara tendencia regresiva asociada a cambios demográficos, estructurales y productivos.

Durante la Edad Moderna, la propiedad de los molinos aparece estrechamente ligada tanto a particulares como a instituciones eclesiásticas, lo que denota el papel de la Iglesia en la gestión de los recursos hidráulicos y agrarios. El caso del molino de Abajo, propiedad de Pedro Juan Mirallas, ilustra este vínculo entre clero y producción alimentaria. Al mismo tiempo, la documentación del Catastro de Ensenada revela un sistema económico diversificado, en el que coexistían actividades molineras, oleícolas, vinícolas y panaderas, conformando un tejido agroindustrial integrado.

En el siglo XIX, pese a un leve repunte en el número de molinos, la actividad mantuvo un carácter esencialmente artesanal. La modernización técnica solo se generalizó en la etapa final del siglo, como demuestra el Molino de la Cerrá, ejemplo singular de innovación en el medio rural por su capacidad para accionar dos piedras con un solo rodezno. Este molino, al igual que otros de la zona, protagonizó posteriormente la transición hacia la generación de energía eléctrica, fenómeno que marcó el fin de los usos tradicionales del agua y el inicio de la electrificación local.

Durante el siglo XX, la coexistencia de molinos hidráulicos, almazaras y hornos de pan evidencia la persistencia de un modelo productivo de base agrícola, aunque progresivamente condicionado por los avances tecnológicos y por la integración de Bayarque en circuitos energéticos y económicos más amplios. La reconversión del molino de Esteban Teruel en pequeña central hidroeléctrica en la década de 1930 simboliza esta adaptación. No obstante, el cierre progresivo de las instalaciones, culminado con el cese del último molino en los años sesenta y de la última almazara en 1992, marcó el final de una etapa histórica caracterizada por la autosuficiencia local y la economía de subsistencia.

En la actualidad, los restos materiales conservados (en especial el Molino de la Cerrá, incluido en la Lista Roja del Patrimonio, y la almazara de Jerónima de Torres, en excelente estado de conservación) representan valiosos testimonios de la arqueología industrial del sureste peninsular. Su estudio y preservación resultan fundamentales para comprender la evolución de las tecnologías preindustriales y su papel en la configuración del paisaje cultural bayarquino.

En suma, la historia de los molinos y almazaras de Bayarque constituye un ejemplo paradigmático de la transformación de las economías rurales mediterráneas: desde un modelo hidráulico y comunitario hasta su progresiva sustitución por sistemas energéticos modernos, dejando tras de sí un legado patrimonial de indudable valor histórico, técnico y cultural.

Bibliografía y webgrafía
  • ANUARIO DEL COMERCIO, DE LA INDUSTRIA, DE LA MAGISTRATURA Y DE LA ADMINISTRACIÓN (1894): Carlos Bailly-Baillière e hijos (ed.).
  • ANUARIO DE LA GRAN INDUSTRIA DE ESPAÑA (1918): Guía Regional. Zaragoza.
  • ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE ALMERÍA (1751): Catastro de Ensenada de Bayarque. Respuestas generales.
  • ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE ALMERÍA (1752): Catastro de Ensenada de Tíjola. Respuestas generales.
  • ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE ALMERÍA (1910): Protocolos notariales de D. Trinidad Nin de Cardona Navarro (Huércal-Overa). Escritura de constitución de la Sociedad Hidroeléctrica del Almanzora. 30 de noviembre de 1910. Consultado por Gabriel Liria Lloret el día 1 de abril de 2024.
  • ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE GRANADA (1751): Catastro de Ensenada de Bayarque. Relaciones juradas del vecindario eclesiástico.
  • ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE GRANADA (1751): Catastro de Ensenada de Bayarque. Estados.
  • AYUNTAMIENTO DE ALMERÍA (patr.) (1925): Anuario de Almería (capital y provincia). E. Lacoste.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1911): 11 de febrero de 1911.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1917): 7 de septiembre de 1917.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1926): 24 de diciembre de 1926.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1935): 4 de mayo de 1935.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1947): 10 de diciembre de 1947.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1950): 15 de noviembre de 1950.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1958): 19 de junio de 1958.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1958a): 15 de julio de 1958.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE ALMERÍA (1969): 11 de marzo de 1969.
  • CARREÑO SOLER, J.J. (2025): Agua y conflictos en el siglo XX. La central hidroeléctrica de Bayarque (1905-1969) y el aprovechamiento del río Bacares. REAL (Revista de Estudios Almerienses), n° 8 (primer semestre de 2025). Instituto de Estudios Almerienses, pp. 32-47.
  • DIPUTACIÓN DE ALMERÍA (1912): Acta de la reunión de la Comisión Provincial del día 25 de septiembre de 1912.
  • GARRIDO JORQUERA, I. (2017): Historia general de la villa de Bacares. Antequera. GBG Editora.
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO (1897): Bosquejos planimétricos mandados formar por la ley de 24 de agosto y el Real Decreto de 29 de diciembre de 1896. Provincia de Almería. 3ª Brigada. Término municipal de Bayarque. Plano a escala 1:25000.
  • INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (1965): Reseña estadística de la provincia de Almería. Madrid.
  • LA INDEPENDENCIA (1913): 30 de mayo de 1913.
  • LA INFORMACIÓN (1911): 12 de julio de 1911.
  • MADOZ, P. (1845): Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid. Tomo IV.
  • MIRALLAS JIMÉNEZ, D. (2010): Bayarque. Historia, geografía y etnología comentadas. Instituto de Estudios Almerienses.
  • RIERA SOMALICH, E. (1911): Anuario-Riera general y exclusivo de España. Tomo I. Barcelona. Centro de Propaganda Mercantil.
  • POZO MARÍN et alii (2014): Tíjola, una ciudad milenaria. Instituto de Estudios Almerienses.
  • POZO MARÍN, R. y RUEDA CRUZ, I.M. (1989): La Cerrá Valentín, un ejemplo de tecnología hidráulica medieval en el río de Bacares (Almería). En I Coloquio de Historia y Medio Físico. El agua en zonas áridas: arqueología e historia. Instituto de Estudios Almerienses, pp. 563-574.
  • RIVADENEYRA (ed.) (1934): Anuario industrial y artístico de España 1933-4. Madrid. Rivadeneyra.
  • SERRANO NAVARRO (2023): La central hidroeléctrica de Bayarque. En Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”. Disponible en https://sehmne.blogspot.com/2023/11/la-central-hidroelectrica-de-bayarque.html (consultado el 12 de octubre de 2025).
  • SUÁREZ CARRILLO, E. (2011): El molino de la Cerrá de Tíjola. Molinum (noviembre-diciembre de 2011).
  • VINCENT, B. (1989): La société chrétienne almeriense et les systèmes hydrauliques. Quelques propositions de travail. En I Coloquio de Historia y Medio Físico. El agua en zonas áridas: arqueología e historia. Instituto de Estudios Almerienses, pp. XCV - CIX.
Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" / José Antonio Serrano Navarro.

Un artículo de José Antonio Serrano Navarro

jueves, 16 de octubre de 2025

Circular nº 1 de 2025 de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas"

 Circular n° 1 de 2025


Programa de actividades a realizar por la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" en los últimos meses de 2025 y el año 2026

INVESTIGACIONES DE PATRIMONIO INDUSTRIAL
  • Continuación del Proyecto Lorca-Baza-Águilas. Reactivación de los trabajos de campo de las fases II y III, que quedó pendiente en 2024 y a fecha de publicación de la presente circular aún no se han reanudado, y continuación de los trabajos de laboratorio.
  • Realización de expediciones con el objeto de aumentar el conocimiento histórico de las líneas ferroviarias de Baza a Guadix, Linares-Baeza a Almería, Moreda a Granada, Alcázar de San Juan a Cádiz y Linares a Puente Genil.
  • Continuación de las investigaciones que se están realizando desde 2018 de las líneas ferroviarias de la provincia de Salamanca (Salamanca a Fuentes de Oñoro, Fuente de San Esteban a Barca d'Alva, Plasencia a Astorga, Medina del Campo a Salamanca y Ávila a Salamanca).
  • Continuación de los estudios sobre la historia de la electricidad en la provincia de Almería.
  • Continuación de los estudios sobre la historia de la electricidad en la provincia de Granada.
  • Continuación de los estudios sobre la historia de la electricidad en la provincia de Jaén.
  • A pesar de que la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" estuvo documentando gráficamente en agosto de 2025 una de las centrales hidroeléctricas de Ossa de Montiel (Albacete), con fines de investigación, por el momento la línea de investigación de la historia de la electricidad en España quedará reducida a las provincias de Almería, Granada y Jaén.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre la fábrica de harinas "Santa Isabel" (Tíjola, Almería), en una fecha estimada entre octubre de 2025 y junio de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre la fábrica de harinas de la estación de Quejigal (Robliza de Cojos, Salamanca), en una fecha estimada entre octubre de 2025 y junio de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico "Apuntes sobre la industria del mármol en la ciudad de Tíjola: SYMSA e INPOSSA", en una fecha estimada entre octubre de 2025 y diciembre de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre la central hidroeléctrica del Vado de las Ollas (Ibros, Jaén), en una fecha estimada entre octubre de 2025 y junio de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre la central hidroeléctrica de Escuderos (Rus, Jaén), en una fecha estimada entre octubre de 2025 y junio de 2026.
  • Publicación del artículo "La estación de Fines-Olula. Nuevas perspectivas historiográficas para el estudio de una dependencia ferroviaria de la línea de Lorca a Baza", en una fecha estimada entre octubre y diciembre de 2025.
  • Continuación de las investigaciones sobre los cables aéreos de Las Menas (Serón), El Cortijuelo (Bacares), El Manzano (Serón), Cuevas Negras (Bayarque) y El Tesorero (Caniles, Alcóntar y Serón).
  • Continuación de las investigaciones sobre la minería en la Comarca del Almanzora (Almería).

INVESTIGACIONES DE PATRIMONIO ETNOLÓGICO

  • Publicación del artículo historiográfico sobre los molinos harineros de Bayarque, en una fecha estimada entre octubre y diciembre de 2025.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre los molinos harineros de Lúcar, en una fecha estimada entre octubre de 2025 y junio de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre las eras del término municipal de Bayarque, en una fecha estimada entre octubre de 2025 y diciembre de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre las eras del término municipal de Tíjola, en una fecha estimada entre octubre de 2025 y diciembre de 2026.
  • Publicación del artículo historiográfico sobre las almazaras de Tíjola, en una fecha estimada entre octubre de 2025 y diciembre de 2026.
  • Continuación de los estudios sobre los cortijos antiguos de los términos municipales de Armuña de Almanzora, Tíjola, Bayarque, Purchena y Lúcar.

INVESTIGACIONES DE PATRIMONIO CARRETERO
  • Continuación de las investigaciones sobre la carretera de Baza a Huércal-Overa (C-323).
  • Continuación de las investigaciones sobre la carretera de Puerto Lumbreras a Almería (N-340).
  • Inicio de los estudios de las carreteras de la Venta de la Media Legua a la Rambla de los Nudos (C-3325), de Málaga a Almería (N-340), de Córdoba a Almería por Jaén (N-324), de Murcia a Granada (N-340 y N-342) y de Bailén a Motril (N-323).
ACTIVIDADES PRESENCIALES DE DIFUSIÓN DE NUESTRAS INVESTIGACIONES AL PÚBLICO

ArqueoTren III (jornadas de puertas abiertas del Proyecto Lorca-Baza-Águilas) continúa pospuesto hasta nuevo aviso, tal y como se especificó en la Circular nº 1 de 2023 de la SEHMNE.

Este programa es de carácter provisional y puede ser modificado por la Junta Directiva de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas".

Úbeda, a 16 de octubre de 2025.

Firmado: La Junta Directiva de la SEHMNE.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Novedades de las investigaciones de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" (octubre de 2025)


En esta publicación, nos complace informar al público sobre las diversas actividades realizadas por la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" durante el mes de octubre de 2025.

Reportajes fotográficos
  • Navas de San Juan (Jaén).
  • Úbeda (Jaén).
  • La Carolina (Jaén).
  • Santa Elena (Jaén).
  • Almuradiel (Ciudad Real).

Almuradiel (Ciudad Real). Plaza del ayuntamiento


Estación de Almuradiel - Viso del Marqués

Ampliaciones de entradas en proyecto
  • Historia general de la minería del hierro en Bayarque.
  • Historia general de los centros educativos de Armuña de Almanzora.
  • El apeadero de Arboleas. Nuevas perspectivas historiográficas para el estudio de una dependencia ferroviaria de la línea de Lorca a Baza.
  • Los molinos hidráulicos y de aceite de Armuña de Almanzora.
  • El yacimiento argárico de Peñalosa.
  • La crisis energética de la Primera Guerra Mundial. El caso de la compañía ferroviaria The Great Southern of Spain Railway Co. Ltd.
  • Apuntes sobre la mejora de las infraestructuras ferroviarias en tiempos de la Segunda República. El caso de la sustitución de los puentes de hierro de diez metros de luz de la línea de Salamanca a Fuentes de Oñoro.
  • La central hidroeléctrica de Bayarque.
  • La central hidroeléctrica de Serón.
  • Los puentes de la antigua carretera de Baza a Huércal-Overa sobre el río Almanzora.
Entradas en proyecto
  • La fábrica de harinas "Santa Isabel" (Tíjola).
  • Apuntes sobre la industria del mármol en la ciudad de Tíjola: SYMSA e INPOSSA.
  • La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas (Ibros).
  • La central hidroeléctrica de Escuderos (Rus).
  • La estación de Fines-Olula. Nuevas perspectivas historiográficas para el estudio de una dependencia ferroviaria de la línea de Lorca a Baza.
  • Las almazaras de Tíjola.
Entradas en fase de redacción
  • Los molinos hidráulicos de Lúcar.
  • Los molinos hidráulicos de Somontín.
  • Las eras de Bayarque.
Investigaciones en curso
  • Líneas generales de investigación histórica de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas".
  • Historia general de la minería en Armuña de Almanzora.
  • Investigaciones del Gabinete de Estudios Históricos Ferroviarios de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas". Provincias de Almería, Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Córdoba, Murcia, Salamanca y Ciudad Real.
  • Proyecto Lorca-Baza-Águilas.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Almería.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Granada.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Jaén.
Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / José Antonio Serrano Navarro.

viernes, 10 de octubre de 2025

Los molinos hidráulicos de Tíjola


Los molinos harineros constituyeron una infraestructura esencial en la economía tradicional de los municipios del Valle del Almanzora, al posibilitar la transformación del grano en harina, materia prima indispensable para la elaboración de los principales alimentos de subsistencia. Hasta fechas relativamente recientes, estos ingenios hidráulicos sostuvieron buena parte de la base alimentaria de la población. El presente artículo historiográfico aborda de manera detallada la evolución histórica y las particularidades constructivas y funcionales de los molinos hidráulicos localizados en el término municipal de Tíjola.

Características generales y funcionamiento de un molino

Los molinos hidráulicos solían emplazarse en las proximidades de cursos de agua, ya fueran naturales o artificiales. Generalmente, el caudal se desviaba hacia el molino mediante el levantamiento de una presa que permitía derivar el agua a través de una canalización secundaria. En muchos casos, dicha conducción incluía un cubo, cuyo propósito era incrementar la fuerza de la caída del agua sobre el mecanismo. En otras ocasiones, el caudal se acumulaba previamente en una balsa, desde la cual se liberaba con la pendiente y la presión necesarias para accionar la maquinaria molinera.

Una vez apartado del curso principal, el agua caía por la acequia del molino (también denominada caz) y transmitía la energía hidráulica a la aceña. En los molinos de cubo, el agua circulaba por la acequia hasta precipitarse con fuerza a través de aquel, impulsando el mecanismo. En los molinos de acequia, la canalización debía presentar la pendiente adecuada para garantizar la presión suficiente. En los molinos de balsa, por su parte, el flujo se liberaba mediante un tablón que permitía su descenso a lo largo de una acequia con cierta pendiente, alcanzando con energía la maquinaria del molino.

El agua caía finalmente en una trampa que accionaba el rodete o rodezno, situado en la parte inferior del edificio, en un espacio abovedado denominado cárcavo. Este movimiento hacía girar la piedra volandera o superior sobre su eje. El grano, vertido desde la tolva, descendía hasta el empiedro, donde era triturado entre la piedra volandera, en movimiento, y la piedra solera o inferior, fija, obteniéndose así la harina.

La maquila

La maquila constituía el porcentaje de cereal molido que percibía el molinero como retribución por su labor. Dicho porcentaje variaba en función del lugar y de la calidad del grano, situándose habitualmente entre el 5 % y el 12 %. No eran infrecuentes las disputas entre los molineros y quienes acudían a sus instalaciones para transformar el cereal, precisamente a causa de este gravamen. De tales tensiones surgió la conocida expresión popular: «de molinero a ladrón solo hay un escalón» (Garrido Jorquera, 2017: 417).

Los hornos de pan cocer

El horno de pan cocer era una instalación doméstica puesta a disposición de la comunidad, en la cual cualquier particular podía cocer el pan previamente amasado (Garrido Jorquera, 2017: 427). En el caso de Tíjola, se tiene constancia documental de la existencia de un horno de este tipo en el siglo XVIII (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752).

Ya en el siglo XIX, las fuentes permiten identificar a algunos de los panaderos activos en la localidad. En 1883 aparecen registrados Guillermo Guiard, Camilo Martínez, Juan Mateo Huertas y J. Bautista Rubio (Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, 1883: 571).

En las primeras décadas del siglo XX se observa una evolución significativa en el número y la titularidad de estos establecimientos. En 1911 funcionaban en Tíjola dos comercios de harinas, propiedad de Guillermo Guiard y Juan Resina (Riera Somalich, 1911: 362). En 1916 el horno existente pertenecía a Guillermo Guiard Giménez (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4). Posteriormente, en 1925 se documentan dos panaderías, la de Adolfo Guiard Giménez y la de Francisco Segura Galindo (Anuario de Almería, 1925: 423). Finalmente, en 1934, el número de hornos ascendía a cuatro, propiedad de Adolfo Guiard, Antonio Pozo, Matilde Sánchez y Francisco Segura (Anuario Industrial y Artístico de España, 1933-1934: 240).

Los molinos hidráulicos de Tíjola

El número de molinos harineros existentes en Tíjola con anterioridad a la Guerra de los Moriscos resulta desconocido (Vincent, 1989: CVII). No obstante, el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572 registra la existencia de tres molinos: dos situados en el paraje de la Cerrá y uno en Aldeire (Pozo Marín et alii, 2014: 164). En relación con este mismo documento, Rafael Pozo Marín e Isabel M.ª Rueda Cruz, en un trabajo presentado en el Primer Coloquio de Historia y Medio Físico. El agua en zonas áridas: arqueología e historia, señalan la presencia de restos de cuatro molinos en dichos parajes (1989: 567). Por otro lado, Bernard Vincent (1989: CVII) afirma que en 1593 no existía ya ningún molino en funcionamiento en Tíjola.

A partir de estos testimonios documentales y de los trabajos de prospección realizados por la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”, puede deducirse la localización aproximada de los citados ingenios. En la margen derecha del río Bacares, en el paraje de la Cerrá, se situaba un primer molino en las inmediaciones de la Fuente del Huevo, del cual no se han identificado restos. Más adelante se encontraba otro, del que aún se conserva parte de una pared, el cubo y vestigios de su caz. El tercero se corresponde con el molino de Don Ramón o de Manolo, mientras que el cuarto, ya en la margen izquierda del río, se identifica con el molino de Aldeire. Cabe señalar que los dos primeros molinos citados actualmente pertenecen al término municipal de Bayarque.

El Catastro de Ensenada vuelve a documentar la existencia de tres molinos harineros en el río Bacares: el de Don Ramón, el de Aldeire y el del Zenete (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752).

Entre la segunda mitad del siglo XVIII y finales del XIX se constata un notable incremento en el número de aceñas activas en Tíjola. Durante este periodo se levantaron los molinos del Francés o de los Guiard, de los Aynat, de Federo y otro más en la rambla de Higueral, próximo a la pedanía tijoleña homónima. Este aumento se refleja en el hecho de que hacia finales de este último siglo existían ya ocho molinos harineros en funcionamiento (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897). Estos eran:
  • El molino de Don Ramón, en la Cerrá.
  • El molino del Francés, situado en el mismo paraje y perteneciente a los términos de Tíjola y Bayarque.
  • El molino de Enmedio o de Aldeire.
  • El molino del Zenete.
  • El molino de Vilaila, cercano a la linde con Armuña de Almanzora.
  • El molino de los Aynat, en Cela.
  • El molino de los herederos de José Salazar o molino de Federo, también en Cela y compartido entre Tíjola y Lúcar.
  • El molino de los herederos de Antonio Carrasco, en Higueral.
Conviene señalar que este conjunto de ingenios se vio gravemente afectado por las inundaciones del 6 de septiembre de 1888, que causaron importantes daños en varias infraestructuras hidráulicas de la zona, incluidos los molinos harineros de Tíjola (La Crónica Meridional, 1888: 2).

A finales del siglo XIX, las fuentes reflejan además la aparición de nuevas instalaciones de carácter fabril. En 1894 se citan en Tíjola la fábrica de harinas La Almanzora, propiedad de Antonio Sánchez, junto con los molinos de José Carrillo, Francisco Lozano y Dolores Navarro Aledo (Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, 1894: 810). El tránsito al nuevo siglo confirma la continuidad y, en algunos casos, la renovación de estos ingenios. En 1903 se documentan la fábrica de harinas de Adolfo Guiard y los molinos de los Aynat, José Carrillo, la Cerrá, Francisco Lozano y Dolores Navarro Aledo (Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, 1903: 815). Pocos años después, en 1906, las fuentes registran nuevamente la fábrica de harinas de Adolfo Guiard, así como los molinos de Manuel Aynat, Francisco Carrillo Medina, Ricardo Castro, Adolfo Guiard, Dolores Navarro Aledo y Dolores Oller (Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración, 1906: 958).

Dejando de un lado la fábrica de harinas de Adolfo Guiard, cuya historia trataremos próximamente en un artículo aparte, y centrándonos en los molinos harineros, en 1911 se constata una reducción de estas industrias y sólo se contabilizaban cinco aceñas, pertenecientes a Manuel Aynat, Francisco Carrillo, Trinidad Giménez, Dolores Navarro y Dolores Oller (Riera Somalich, 1911: 362).

Sin embargo, pocos años más tarde, en 1916, se registra de nuevo un repunte con la existencia de ocho molinos maquileros (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4):
  • Margarita Giménez Guevara.
  • Hermanos Guiard y Francisco Carrillo Medina (molino de la Cerrá).
  • Herederos de Dolores Navarro Aledo.
  • Manuel Aynat Benedito (molino de los Aynat).
  • Herederos de Sabina Llamas Salazar (molino de Federo).
  • Herederos de Remedios Herrerías.
  • Trinidad Giménez Oller.
  • Juan Linares Quiles.
En 1918, no obstante, la cifra descendió a seis molinos, de los cuales uno ya aparece citado como fábrica de harinas, el de Adolfo Guiard Jiménez en la Cerrá. Los restantes eran los pertenecientes a los herederos de Dolores Navarro Aledo, Manuel Aynat Benedito, herederos de Sabina Llamas Salazar, herederos de Remedios Herrerías y Trinidad Giménez Oller (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1918: 3).

En 1925 se documentan tres molinos activos, propiedad de Trinidad Giménez Oller, Francisco Sagarra Martínez y Ángel Ujaldón Parra (Anuario de Almería, 1925: 423). En 1934 la cifra aumentó de nuevo a seis, pertenecientes a Adolfo Guiard, Manuel Aynat, Remedios Herrerías, Trinidad Giménez, Sabina Llamas y Dolores Navarro (Anuario Industrial y Artístico de España, 1933-1934: 240) y finalmente, en la década de los años sesenta, la crisis definitiva del sistema tradicional de molienda se hizo patente: en 1962 sólo permanecían activos tres molinos harineros, con una capacidad de molturación de 13,99 quintales métricos en 8 horas (Instituto Nacional de Estadística, 1965: 292).

A continuación, analizaremos detalladamente el caso de cada industria por separado.

Molino de Don Ramón


Detalle del molino de Don Ramón en el Vuelo Americano Serie B (1956)

La fecha exacta de construcción del denominado molino de Don Ramón es desconocida; no obstante, existen indicios de que ya se encontraba en funcionamiento en el siglo XVI, puesto que podría ser una de las aceñas referenciadas en el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, según se puede deducir en base a la documentación histórica y los estudios arqueológicos disponibles (Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567; Pozo Marín et alii, 2014: 164).

Este molino recibe su nombre de Ramón Rodríguez, propietario a finales del siglo XIX, aunque también fue conocido popularmente como molino de Manolo o molino de Arriba. Se sitúa en la margen derecha del río Bacares, en el paraje de la Cerrá (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897; Pozo Marín et alii, 2014: 164).

De acuerdo con las fuentes históricas, a mediados del siglo XVIII pertenecía a Rodrigo de la Torre y Marín, quien lo mantenía arrendado a Vicente Martínez (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752). Su periodo de actividad fue especialmente prolongado, hasta el punto de constituir el último molino en funcionamiento en el municipio de Tíjola (Pozo Marín et alii, 2014: 164).

La clausura definitiva tuvo lugar a mediados de la década de los sesenta y poco después, el 19 de octubre de 1973, el edificio resultó destruido a consecuencia de las inundaciones (Pozo Marín et alii, 2014: 164).


Entorno del molino de Don Ramón en julio de 1977

Como dato singular, se sabe que en este molino, además de harina, se molían también pimientos colorados (Pozo Marín et alii, 2014: 124).

En la actualidad, únicamente se conservan el cubo, la acequia de abastecimiento y algunos restos de muros.


Restos del molino de Don Ramón. 27 de julio de 2021


Restos del molino de Don Ramón. 27 de julio de 2021

Molino de la Cerrá

El molino de la Cerrá, también conocido como molino del Francés o de los Guiard, fue construido hacia 1880 por iniciativa de Guillermo Guiard Burgalat. Desde su origen destacó por incorporar los últimos avances técnicos en materia de molturación de granos, siendo capaz de mover dos piedras con un solo rodezno, empiedros de tipo La Ferté - Sous-Jouarre y contando también con toda la maquinaria de una fábrica de harinas en su interior, lo que evidencia un alto grado de eficiencia mecánica y una voluntad de modernización poco común en el ámbito rural del Almanzora (Pozo Marín et alii, 2014: 124; Suárez Carrillo, 2011: 26, 30).

El edificio principal del molino, el cubo y el caz pertenecen al término municipal de Bayarque y la parte en la que posteriormente se instaló la fábrica de electricidad y parte de los corrales pertenecen a Tíjola.

A comienzos del siglo XX se inicia la transformación funcional del molino. En mayo de 1913, Adolfo Guiard Giménez proyectó la instalación de una turbina hidráulica con el objetivo de producir electricidad en el propio molino (La Independencia, 1913: 3). Cinco años más tarde, en 1918, aparecen las primeras menciones a la Eléctrica de Tíjola (Anuario de la Gran Industria de España, 1918: 55). El proceso culminó el 22 de diciembre de 1926, cuando Adolfo Guiard Jiménez solicitó oficialmente la instalación de un grupo electrógeno y una línea eléctrica destinada al alumbrado público de Tíjola y a la fábrica de harinas “Santa Isabel”, recientemente construida (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1926: 2). La central hidroeléctrica, las líneas de electricidad y los transformadores ya funcionaban a pleno rendimiento en 1927.


Noticia publicada en el periódico La Independencia sobre la instalación
de una turbina para generar electricidad en el molino de la Cerrá

Los elementos eléctricos instalados en el molino de los Guiard fueron una turbina (probablemente de tipo Francis) y un generador de 33 kW (44 CV), además de los aparatos que componían el transformador que elevaba la potencia de la electricidad generada allí. Posteriormente, se colocaría allí un motor de gasoil de refuerzo (Pozo Marín et alii, 2014: 165).

Tras el fallecimiento de Adolfo Guiard Giménez en 1933, la empresa eléctrica pasa a denominarse Adolfo Guiard Giménez en Testamentaria (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1935: 2) y podríamos afirmar que, a partir de este momento comenzaría el declive de las instalaciones del molino de la Cerrá.


Tarifas eléctricas de Adolfo Guiard en Testamentaria (1935)

El 7 de noviembre de 1950, el Ayuntamiento de Tíjola hizo público el proyecto de Dolores Ruiz Mateo para instalar un motor de gasoil de 35 CV en el casco urbano, destinado a suministrar fuerza motriz a la harinera “Santa Isabel” y servir como fuente de electricidad de reserva (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1950: 2). Este hecho puede considerarse el inicio del fin del molino de la Cerrá, pues marca el tránsito desde la energía hidráulica para dar energía a la fábrica hacia sistemas motorizados independientes y, poco después, hacia el suministro de la Hidroeléctrica del Chorro.

En 1958, el molino ya no se encontraba activo. Ese año, Dolores Ruiz Mateo solicitó la legalización del alumbrado público de Tíjola en baja tensión, autorización concedida el 3 de junio de 1958 (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958: 1-2). Paralelamente, la empresa Hidroeléctrica del Chorro fue autorizada el 4 de julio de 1958 a construir una línea eléctrica y un transformador de 50 kVA para el suministro público (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958a: 1-2).

Tras la venta del molino de la Cerrá a Hidroeléctrica del Chorro, los Guiard pasaron a ser distribuidores de electricidad, actividad que ejercieron hasta principios de la década de los setenta.


El molino de la Cerrá en julio de 1977

Molino del Zenete

Desconocemos la fecha exacta de construcción del molino del Zenete; no obstante, las fuentes documentales disponibles permiten estimar que su edificación debió de tener lugar entre los siglos XVII y XVIII. Una de las primeras referencias sobre la existencia de esta aceña se encuentra en el Catastro de Ensenada, cuyas Respuestas Generales indican que, a mediados del siglo XVIII, su propietario era Marcos Ruiz del Moral, presbítero de Bayarque, quien lo tenía arrendado a Alfonso del Bas (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752; Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567; Pozo Marín et al., 2014: 164).

Tampoco se conoce con exactitud la fecha de su clausura, aunque se estima que el cese de su actividad debió de producirse durante la primera mitad del siglo XX.


El molino del Zenete y su entorno en julio de 1977

En la actualidad, el edificio del molino del Zenete se encuentra en buen estado de conservación, ya que ha sido rehabilitado y acondicionado como cortijo.

Molino de Aldeire

El molino de Aldeire, también conocido como molino del Medio o de Enmedio, se localiza en la margen izquierda del río Bacares, enfrente del paraje del Zenete y a los pies de la Muela de Aldeire.

Se desconoce la fecha exacta de su construcción; sin embargo, se tiene constancia documental de su existencia en el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572. A mediados del siglo XVIII pertenecía a Diego Nieto (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752; Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567; Pozo Marín et al., 2014: 164). Del mismo modo, no se conoce con precisión la fecha de su cierre, aunque se estima que éste debió de producirse durante la década de 1960.

La aceña fue demolida en una fecha comprendida entre finales de los años setenta y mediados de los ochenta (IGN, 1977; IGN, 1985), conservándose en la actualidad únicamente algunos restos de su estructura original.


El molino de Aldeire y los cortijos aledaños en julio de 1977

Molino de Vilaila

La construcción del molino de Vilaila se estima entre la segunda mitad del siglo XVIII y finales del siglo XIX (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752; Instituto Geográfico y Estadístico, 1897) y su clausura se sitúa de forma aproximada en la primera mitad del siglo XX.

Los restos del molino fueron demolidos a comienzos de la década de los noventa, cuando se procedió al desmonte del cerro para la construcción de la nave del taller actualmente ubicado en el lugar donde se encuentra el antiguo edificio de la Cruz Roja y la casilla de peones camineros de Tíjola (IGN, 1985; IGN, 1999).


El molino de Vilaila en julio de 1977


Entorno del molino de Vilaila en octubre de 1985


Entorno del molino de Vilaila en 1999

Molino de los Aynat

La construcción del molino se sitúa a finales del siglo XIX, ya que no hemos encontrado referencias anteriores de su existencia (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897), y su clausura se produjo, probablemente, durante la década de 1960.

Este molino perteneció a Manuel Aynat Benedito (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4).

En la actualidad, el edificio se conserva en buen estado al haber sido rehabilitado como cortijo.


El molino de los Aynat en julio de 1977

Molino de Federo

La construcción del molino se estima entre la segunda mitad del siglo XVIII y finales del siglo XIX (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752; Instituto Geográfico y Estadístico, 1897) y su clausura se sitúa, de forma aproximada, en la primera mitad del siglo XX.

Durante el siglo XIX, el molino perteneció a José Salazar; posteriormente pasó a manos de sus herederos, más tarde a Sabina Llamas Salazar y, finalmente, a los herederos de ésta (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897; Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4; Anuario Industrial y Artístico de España, 1933-1934: 240).

En la actualidad, el edificio del molino se conserva en buen estado al haber sido rehabilitado como cortijo.


El molino de Federo en julio de 1977

Molino de los herederos de Antonio Carrasco


Rambla y molino de Higueral en 1956

La construcción de este molino se estima entre la segunda mitad del siglo XVIII y finales del siglo XIX (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752; Instituto Geográfico y Estadístico, 1897) y su clausura se sitúa, de forma aproximada, en la primera mitad del siglo XX.

El molino aparece citado en 1877 como propiedad de Fernando Fernández Salinas (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1877), pasando posteriormente a manos de Antonio Carrasco y, más tarde, a las de sus herederos (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897).

El edificio del molino, que ya se encontraba abandonado y sin cubierta en la década de los setenta, fue demolido a finales de esa misma década o a comienzos de la siguiente. En la actualidad, únicamente se conserva el cubo (IGN, 1956; IGN, 1977; IGN, 1985).


En julio de 1977 el edificio del molino ya se encontraba arruinado


En octubre de 1985 ya no se aprecian los restos del molino de Higueral

Molino harinero situado junto al molino de Don Ramón

La construcción de este molino se encuentra referenciada en el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, sin descartarse un origen medieval (Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567). Su clausura es de fecha desconocida, aunque se estima que debió producirse entre los siglos XVII y XVIII, ya que no figura en el Catastro de Ensenada (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752).

En la actualidad, el molino pertenece al término municipal de Bayarque. Sólo se conservan restos parciales de algunas paredes, el cubo y parte del caz.

Conclusiones

El estudio de los molinos hidráulicos de Tíjola permite comprender la profunda vinculación entre el aprovechamiento de los recursos hídricos y el desarrollo socioeconómico del Valle del Almanzora desde la Edad Moderna hasta bien entrado el siglo XX. Estos ingenios constituyeron la base de la economía agraria tradicional, al posibilitar la transformación del cereal en harina, elemento esencial en la dieta y la subsistencia de la población local. Su evolución refleja, de manera paradigmática, la transición desde un modelo de producción preindustrial basado en la energía hidráulica hacia formas de industrialización incipientes sustentadas en la mecanización y la electrificación.

Desde el punto de vista histórico, las fuentes documentales atestiguan la existencia de molinos en Tíjola desde, al menos, el siglo XVI. El Libro de Apeo y Repartimiento menciona tres aceñas en funcionamiento, cifra que se incrementó notablemente durante los siglos XVIII y XIX hasta alcanzar los ocho molinos operativos a finales de este último siglo. Este incremento coincide con un periodo de expansión agrícola. Sin embargo, fenómenos naturales como las inundaciones de 1888 evidencian la vulnerabilidad de estas infraestructuras ante las crecidas fluviales y su dependencia de un régimen hidrológico inestable.

Durante el tránsito al siglo XX se advierte un proceso de modernización técnica, representado especialmente por el molino de la Cerrá o de los Guiard, que incorporó innovaciones como la posibilidad de mover dos piedras con un solo rodezno y, posteriormente, una turbina hidráulica generadora de electricidad. Este caso singular ilustra la capacidad de adaptación de la tecnología molinera tradicional a las exigencias del progreso industrial, transformando un molino harinero en una pequeña central hidroeléctrica capaz de abastecer de luz al municipio y de suministrar energía a la fábrica de harinas “Santa Isabel”.

No obstante, el conjunto de molinos tijoleños experimentó un progresivo declive a lo largo del siglo XX, acentuado por la introducción de motores de gasoil y por la progresiva implantación de redes eléctricas centralizadas. En la década de los setenta, el sistema tradicional de molienda había perdido su viabilidad económica, quedando únicamente tres molinos activos con una capacidad de producción limitada. Este proceso culminó con la desaparición o reconversión de la mayoría de los edificios, algunos de los cuales han sido rehabilitados como cortijos, mientras que otros fueron demolidos o quedaron reducidos a vestigios estructurales.

Desde una perspectiva patrimonial, los molinos hidráulicos de Tíjola constituyen un testimonio material de la interacción entre tecnología, medio físico y estructura social en las comarcas interiores de Almería. Su estudio no sólo aporta información sobre la evolución de la ingeniería hidráulica rural, sino que también permite rescatar la memoria de una cultura del agua profundamente arraigada en el territorio. La conservación de los restos aún existentes (como los cubos, caces y cárcavos) resulta fundamental para la comprensión del paisaje histórico del valle del Almanzora y para la puesta en valor de su patrimonio etnográfico e industrial.

En síntesis, los molinos hidráulicos de Tíjola representan una manifestación tangible del proceso histórico de adaptación de las comunidades rurales al entorno natural y de la progresiva sustitución de las fuentes de energía tradicionales por las modernas. Su trayectoria evidencia el tránsito desde una economía autárquica y artesanal hacia un modelo productivo mecanizado e integrado en las dinámicas industriales del siglo XX, sin perder por ello su relevancia como símbolo de identidad local y como elemento clave del patrimonio histórico del sureste peninsular.

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  • Fotografías aéreas del Vuelo Interministerial (1977).
  • Fotografías aéreas del Vuelo Nacional (1985).
  • Fotografías aéreas del Vuelo Quinquenal (1999).
Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS 1, 4 Y 5]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / José Antonio Serrano Navarro.
  • [FOTOGRAFÍAS 6 Y 7]: Hemeroteca de la Diputación de Almería.
  • [FOTOGRAFÍAS 2, 3 Y 8 A 18]: Instituto Geográfico Nacional.

Un artículo de José Antonio Serrano Navarro


[ÚLTIMA EDICIÓN DE LA ENTRADA: 18 de octubre de 2025]

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