Nuestro expedicionario ferroviario Gonzalo Amat nos informó de que en Guadix iban a abrir las puertas del cocherón donde se encuentra la locomotora a vapor RENFE 140-2054, mal llamada "Baldwin"; ya que fue fabricada por Babcock & Wilcox en 1928 y no por Baldwin (la verdadera "Baldwin" está preservada por la AZAFT), una joya histórica y todo un icono cinematográfico. Dada la impresión generada por dicho acontecimiento, se decidió enviar una expedición al lugar para contemplar esta belleza ferroviaria, la primera de nuestra Sección Ferroviaria.
Los expedicionarios que participaron en ella, José Antonio Serrano y Gonzalo Amat, se reunieron en la estación de Guadix a las 11:10 del día 14 de febrero de 2016, como hacían antes en las expediciones ferroviarias de la Armuña Geographic Society. Mientras el primero observaba el material ferroviario apartado en las vías de los muelles de mercancías de la estación (una composición de dresina herbicida, la dresina de mantenimiento de catenaria abandonada allí en 2014 tras sufrir una avería y varias plataformas vacías), el otro se dedicaba a fotografiar la vaporosa del cocherón. Un ratillo después, José Antonio procedería a hacer su reportaje de la máquina de vapor.
Momentos previos a la partida del tren de Media Distancia dirección
Almería. El automotor es el 599-081 (599-041R) de Renfe Operadora
Dresina herbicida estacionada en una vía muerta de la estación
Los amigos de lo ajeno ya han empezado a cebarse con la pobre dresina
de mantenimiento de catenaria que se averió hace un par de años y fue
apartada en Guadix. ¿Será el soplete su destino final? Esperemos que no...
La vetusta locomotora de vapor vio la luz tras varios meses encerrada
en el cocherón. En el momento en el que la expedición fue a verla y
a fotografiarla apenas había una docena de personas en el lugar
Cabina de conducción de la locomotora RENFE 140-2054
Cabe destacar el estado que presentaba la locomotora aquel día: como hemos indicado en uno de los pies de foto de las imágenes de arriba, la joya accitana llevaba varios meses encerrada en el polvoriento cocherón de la estación y había sido pasto de la suciedad y los arácnidos, nada que ver con como lucía hace poco tiempo, durante el período en el que estuvo en manos del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español (CEHFE). Entonces, no sólo estaba autorizada a circular (cosa que ahora ya no está por falta de mantenimiento y revisiones), sino que estaba limpia y reluciente. Ahora, muchos de sus rincones, en especial los difíciles de limpiar, presentan este estado:
Telarañas de araña de patas largas (Pholcus phalangioides) en la locomotora
Una vez realizado el reportaje de la máquina, los expedicionarios se dirigieron a la estación de Pedro Martínez con el objetivo de filmar el paso del TALGO Almería-Madrid por dicha dependencia ferroviaria (en un principio se iba a filmar a su inverso, pero no llegaron a tiempo). Las condiciones climáticas, que ya de por sí no eran muy buenas (estaba nublado y de vez en cuando chispeaba), empeoraron notablemente a la llegada a Pedro Martínez: hacía un fuerte viento de poniente y llovía muchísimo. Faltó poco para que las chapas del muelle cubierto de la estación salieran volando y el paraguas de Gonzalo terminó totalmente destruido por el viento. La expedición pasó más tiempo dentro del coche que explorando los alrededores del complejo ferroviario, pero al menos dio tiempo a hacer los reportajes fotográficos de la estación, el silo y un pabellón de viviendas de ferroviarios abandonado.
Estación de Pedro Martínez, situada en el km 114,813 de la línea de
Linares-Baeza a Almería. El cese del tráfico de mercancías en la estación y
la instalación del Control de Tráfico Centralizado a principios de los años
90 en la línea fueron su sentencia de muerte. Hoy, la pintura de sus paredes se
desconcha por el abandono y sus instalaciones anejas se caen a pedazos
El silo de cereales, el edificio de las viviendas de los ferroviarios, los andenes
y la maltrecha báscula del muelle de mercancías. Como se puede ver; al fondo,
los amigos de lo ajeno ya han "decorado" el vetusto silo con sus pintadas
Antigua fábrica de harinas de la estación de Pedro Martínez
El muelle cubierto de la estación reutilizado como aparcamiento de la expedición
Gonzalo fotografiando el edificio de viajeros de la estación de Pedro Martínez
Momento de la caída de uno de los chaparrones con viento en Pedro Martínez.
Al fondo vemos a Gonzalo con su paraguas momentos antes de destruirlo el viento
Gonzalo muestra a la cámara su paraguas destrozado
Detalle de una de las puertas del silo del Servicio Nacional de Cereales
Vista de la estación de Pedro Martínez desde el pabellón de viviendas de ferroviarios
Fachada lado calle del edificio de viajeros de la estación
Tras realizar los reportajes fotográficos y audiovisuales, los expedicionarios (que se pusieron chorreando y estaban congelados del frío que hacía) se encerraron en el coche. Acto seguido, pusieron el aire acondicionado a toda pastilla y empezaron a comerse sus provisiones mientras leían unas revistas sobre señalización ferroviaria y conversaban acerca del tema. También vieron algunos vídeos de trenes en la diminuta pantalla de un móvil, oyeron música y repasaron sus conocimientos ferroviarios. Ante la larga espera para cazar el TALGO, decidieron irse a ver el puente del Hacho y la estación de Alamedilla-Guadahortuna, estructuras ferroviarias que están a unos 10 kilómetros del lugar en el que se encontraban.
El enorme y vetusto puente metálico del Hacho visto desde el coche. Al construirse
el puente de hormigón, dejaron de pasar trenes por él. Sobrevivió milagrosamente
a la amenaza de los chatarreros que intentaron fundirlo en 1978
Lugar donde la expedición estableció su "campamento base"
Nada más llegar al puente del Hacho, los expedicionarios dejaron el coche en el cruce de la carretera y un camino particular, se dirigieron a uno de los pilares del puente metálico y se pusieron a almorzar debajo de él. Los pocos metros desde el lugar de aparcamiento a la base del enorme pilar se hicieron insoportables por el viento y el frío, siendo lo único agradable la breve salida del Sol durante la deglución de alimentos por parte del par de dos.
Pasado y presente se dan la mano en el río Guadahortuna
José Antonio Serrano Navarro posando junto al puente del Hacho con un
bocadillo de atún en la mano que estaba como la suela de la zapatilla del frío
Una vez terminado el almuerzo, subieron por el ribazo del puente del Hacho hasta la estación de Alamedilla-Guadahortuna. El suelo estaba lleno de hierbajos y resbaladizo por culpa de la lluvia.
Estación de Alamedilla-Guadahortuna
La estación se encuentra entre los municipios granadinos de Alamedilla y Guadahortuna, más cerca del primero que del segundo pero bastante alejada de los núcleos urbanos de ambas poblaciones. En la línea de Linares-Baeza a Almería, la mayoría de las estaciones se encuentran bastante alejadas de los pueblos a los que dan servicio, librándose solamente algunas como la de Huércal-Viator, la de Benahadux-Pechina, la de Gádor, la de Santa Fe - Alhama, la de Guadix (que está en la otra punta de la ciudad) y el apeadero de Benalúa de Guadix, entre otros escasísimos casos. Como anteriormente hemos indicado en un pie de foto de una imagen de la estación de Pedro Martínez, en los años 90 una buena parte de las estaciones de la línea fueron clausuradas al no necesitarse personal en ellas con el Control de Tráfico Centralizado. En la actualidad, la única estación intermedia que tiene personal fijo es la de Guadix, se tiene constancia de servicios intermitentes de circulación en estaciones como la de Gádor (y posiblemente también en Fiñana y Gérgal) y la única actividad vista últimamente en la estación de Moreda, antaño importante nudo ferroviario, es cuando la abren para limpiarla por dentro. Después la vuelven a cerrar a cal y canto, ya que subsiste como apeadero sin personal en el que sólo paran dos trenes al día: el TALGO Madrid-Almería y su inverso.
Edificio de viajeros, caseta del Control de Tráfico Centralizado y topera
Volvamos a la temática principal de esta entrada: cuando los expedicionarios llegaron al lugar pudieron comprobar que el haz de vías de la estación de Alamedilla-Guadahortuna fue modificado cuando se construyó el puente de hormigón, quedando el edificio de viajeros alejado de las vías principales. Los edificios de la estación presentan en general un estado de conservación bastante bueno, en especial el edificio de viajeros, que fue restaurado hace pocos años por ADIF y al cual se le dotó de nuevos carteles. La caseta que alberga los equipos tecnológicos del Control de Tráfico Centralizado se encuentra en buen estado, aunque sus paredes están desconchándose.
El tiempo empeoró aún más mientras Gonzalo se dirigía al puente del Hacho a realizar un reportaje fotográfico. El viento soplaba más fuerte y un gran nubarrón se aproximaba al lugar rápidamente desde el norte.
Al fondo podemos ver a Gonzalo dirigiéndose hacia el puente del Hacho.
Obsérvense las nubes de tormenta procedentes del norte
Gonzalo en el puente del Hacho. En primer plano, la base de la antigua
señal mecánica de brazo de salida de la estación de Alamedilla-Guadahortuna,
retirada de allí a principios de los años 90, y el hito kilométrico del puente del Hacho
Esto es lo que queda de la vía del puente antiguo del Hacho
El nubarrón descargó una fuerte tormenta de aguanieve encima de los expedicionarios y tuvieron que emprender el camino de vuelta al coche lo más rápido posible. En vez de bajar por el peligroso y resbaladizo ribazo, decidieron tomar la carretera de Alamedilla a su estación, pero un puente totalmente destruido por una avenida de agua les impidió seguir con su camino, por lo que tuvieron que volver a subir a la estación y buscar caminos alternativos para bajar a la carretera principal.
La estación de Alamedilla-Guadahortuna cubierta por el nubarrón
En esta imagen de la carretera de la estación se pueden apreciar los
pequeños copos de nieve mezclados con agua que cayeron aquel día
Volviendo a la estación de Alamedilla-Guadahortuna tras
encontrar la ruta interceptada por el derrumbe del puente
Vista del puente del Hacho desde el camino alternativo de bajada
a la carretera y al coche. Mide unos 50 metros de altura y 625 de largo
Descendiendo hacia la carretera por el camino alternativo
Cuando por fin llegaron al coche, empapados y congelados al igual que en Pedro Martínez pero esta vez con las botas llenas de barro, recuperaron fuerzas y emprendieron el camino de vuelta a la dependencia ferroviaria anteriormente dicha: había llegado la hora de cazar al TALGO Almería-Madrid. Cámaras en mano y...
Objetivo cazar al TALGO Almería-Madrid conseguido
El tren estaba compuesto por la locomotora diesel 334-016-3 de Renfe Operadora y la rama 4B14 de TALGO con 9 coches de viajeros. La locomotora es nueva, pero esa rama TALGO IV lleva más de 35 años rodando por las vías españolas. Los expedicionarios de la SEHMNE la inmortalizaron en vídeo a las 17:30.
Gonzalo y José Antonio permanecieron en la estación esperando otra caza (la señal luminosa estaba en vía libre) hasta las 19:00, momento en el que emprendieron el viaje de vuelta a Guadix para separarse en su estación y continuar con sus respectivos viajes de regreso. Gonzalo se dirigiría hasta Almería en su coche, mientras el otro poco más y pierde el tren de Media Distancia para volver a Granada (llegaron justo a las 19:39, hora en la que dicho tren para allí). Y aquí termina la historia de la primera expedición ferroviaria de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas".
Créditos fotográficos
- [FOTOGRAFÍAS]: Archivo de la SEHMNE / José Antonio Serrano Navarro.
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