jueves, 4 de diciembre de 2025

La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas


La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas, ubicada en el paraje homónimo del término municipal de Ibros, desempeñó un papel fundamental en el proceso de electrificación del distrito minero Linares - La Carolina durante las primeras décadas del siglo XX. Este artículo historiográfico constituye el segundo trabajo que la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas” dedica al estudio de las centrales hidroeléctricas jiennenses.

Génesis de la central hidroeléctrica del Vado de las Ollas

La concesión de Diego Antonio Garrido Rus

El primer proyecto documentado de aprovechamiento hidroeléctrico en el Vado de las Ollas fue promovido por D. Diego Antonio Garrido Rus, quien solicitó la concesión el 24 de diciembre de 1903. El plan contemplaba el uso de 5000 litros por segundo de las aguas del río Guadalimar para la generación de energía eléctrica. Para ello, se proyectó la construcción de una presa y de un canal de aproximadamente un kilómetro de longitud que iría en superficie a excepción de un pequeño tramo subterráneo en galería, que desembocaría en una tubería forzada conducente a la sala de máquinas (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1903: 1; IECA, Garrido Rus, 1903).

La concesión fue autorizada el 31 de mayo de 1904, pero el proyecto no llegó a ejecutarse debido a la caducidad administrativa de los derechos otorgados (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1905: 4).

Mengemor

El 14 de marzo de 1904 se fundó en Madrid la compañía eléctrica Mengemor, cuyas actividades iniciales se distribuían en tres áreas geográficas: la madrileña (Tetuán de las Victorias), la almeriense (la central hidroeléctrica de Ohanes y la línea hasta la capital) y la jiennense (cuencas de los ríos Guadalimar y Guadalquivir) (Miguel Bernal, 1993: 95-97). Ese mismo año, Mengemor manifestó su interés en levantar una fábrica de electricidad en el Vado de las Ollas. El ingeniero D. Carlos Mendoza revisó el proyecto de 1903, introduciendo modificaciones de importancia, como el cambio de ubicación previsto para la presa y la reducción de la longitud del canal de derivación (IECA, Mengemor, 1904).

El 10 de junio de 1905, el Gobernador Civil de Jaén autorizó a D. Carlos Crespi de Valldaura, presidente de Mengemor, a utilizar 5000 litros por segundo de las aguas del río Guadalimar en el Vado de las Ollas para la producción de energía eléctrica (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1905: 4). Poco después, el 7 de agosto de 1905, la compañía solicitó permiso para el tendido de las líneas eléctricas que unirían la nueva central con La Carolina, incorporando además un ramal hacia Linares (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1905a: 5).

La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas, inaugurada ese mismo año, se convirtió así en la primera fábrica de Mengemor que entró en funcionamiento en la provincia de Jaén (Miguel Bernal, 1993: 97; Serrano Navarro, 2025). Conviene añadir que, en estas mismas fechas, la compañía también trabajaba en el proyecto de la que posteriormente sería la central hidroeléctrica de Olvera (Serrano Navarro, 2025).

La central hidroeléctrica en funcionamiento

Características de la maquinaria de la fábrica

Periodo Turbinas / Grupos Potencia unitaria Potencia total Tipo de generador Salto Caudal
Instalación de origen (1905) Francis
Fabricante: Vevey
2 300 CV 600 CV Vevey 10 m 5000 l/s
Etapa de apoyo térmico (1910-1915) Francis (Vevey)
+ Central térmica
2 300 CV (hidráulicos)
+ 1000 CV térmicos
1600 CV Vevey + apoyo térmico 10 m 5000 l/s
Ampliación hidráulica (1925) Francis (Vevey + turbina eje vertical) 3 300 CV (2 Vevey)
+ 500 CV (3º grupo)
1100 CV Vevey + alternador acoplado 10 m 5000 l/s
Últimos años (hipótesis) Francis
Fabricante: Vevey
2 300 CV 600 CV Vevey 10 m 5000 l/s
Notas: La potencia en aguas medias (nueve meses) oscilaba entre los 500 y los 1000 CV. En 1937 la potencia de la central era de 920 kVA y en 1965 de 430 kVA.
Referencias: Boletín Oficial de la Cámara Minera de Córdoba, 1929: 21; Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1965: 410-411; Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976: 122-124; Ingeniería, 1910: 70; La Energía Eléctrica, 1911: 134; La Energía Eléctrica, 1914: 83; La Energía Eléctrica, 1917: 18; La Energía Eléctrica, 1926: 150; Miguel Bernal, 1993: 99; SMMP, 1937.

Líneas eléctricas

Desde la fábrica de electricidad del Vado de las Ollas partía una serie de líneas de transporte que estructuraban la red energética provincial de Mengemor. Estas líneas operaban principalmente a 25000 voltios, aunque algunas derivaciones funcionaban a 12000 voltios, configurando un sistema de media tensión apto para vincular la central con otras instalaciones hidroeléctricas y con los principales núcleos urbanos de su entorno.

La primera de estas líneas, operada a 25 kV, conectaba la central del Vado de las Ollas con el salto de Olvera, desde donde se extendían derivaciones hacia Rus, Canena, Ibros, Baeza y Úbeda. Los cuatro primeros municipios recibían suministro conjunto de las centrales del Vado de las Ollas y Olvera, mientras que Úbeda estaba vinculada exclusivamente a la energía procedente de la central de Navas de San Juan (Instituto Geográfico y Estadístico, 1923; 1923a; F. Linari, 1925: 136-137; Serrano Navarro, 2025; SMMP, 1937).

Otra línea, igualmente a 25 kV, enlazaba el Vado de las Ollas con el salto de los Escuderos, incorporando derivaciones destinadas a abastecer a los municipios de Arquillos y Vilches (Instituto Geográfico y Estadístico, 1923; 1923a; F. Linari, 1925: 136-137; SMMP, 1937).

Una tercera infraestructura de 25 kV conectaba el Vado de las Ollas con las centrales de Mengíbar y Valtodano (Andújar). De esta línea partían ramales que suministraban fluido eléctrico a Linares y La Carolina, dos puntos estratégicos para el sector minero y para la red de distribución de Mengemor (Instituto Geográfico y Estadístico, 1923; 1923a; Instituto Geográfico y Catastral, 1969; F. Linari, 1925: 136-137; SMMP, 1937).

Hechos históricos destacados de este periodo

El 19 de noviembre de 1909 se solicitó la autorización para el tendido de la línea eléctrica destinada a la interconexión con el salto de Los Piezuelos (correspondiente a la futura central hidroeléctrica de Olvera) (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1909: 3). Dicha infraestructura entró en servicio en abril de 1911, contribuyendo a reforzar la red de Mengemor (Serrano Navarro, 2025).

El aumento de capital de la compañía y el crecimiento de la demanda eléctrica en los cotos mineros de Linares–La Carolina motivaron la puesta en funcionamiento, en agosto de 1910, de la central térmica del Vado de las Ollas, concebida como apoyo a la central hidráulica durante los periodos de estiaje (Ingeniería, 1910: 70; La Energía Eléctrica, 1911: 134; Madrid Científico, 1911: 275-276). Cinco años más tarde, en 1915, Mengemor prescindió de estas reservas de vapor tras firmar un contrato con la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, lo que permitió reducir costes operativos tanto en los periodos de sequía como en las futuras ampliaciones de las instalaciones térmicas (Miguel Bernal, 1993: 99).


Sala de máquinas de la central térmica del Vado de las Ollas (hacia 1925)

En 1916, las centrales de Vado de las Ollas, Escuderos y Olvera se encontraban ya saturadas debido a la elevada demanda energética de las explotaciones mineras del distrito Linares–La Carolina (La Energía Eléctrica, 1917a: 119). La puesta en servicio de la central de Mengíbar a finales de ese año supuso un respiro para las instalaciones del río Guadalimar (Serrano Navarro, 2025).

En 1924 se encontraba en proceso la instalación de una turbina Francis de eje vertical de 500 CV, aunque la entrada en funcionamiento de este nuevo grupo se vio retrasada por la demora en la entrega del generador (Revista ilustrada de banca, ferrocarriles, industria y seguros, 1925: 159-160). Durante 1925, Mengemor acometió una ampliación de potencia tanto en el Vado de las Ollas como en la central de Escuderos, alcanzando un incremento total de 700 CV, de los cuales 500 CV correspondían directamente al nuevo grupo del Vado de las Ollas (La Energía Eléctrica, 1926: 150). A 1 de enero de 1926, la central del Vado de las Ollas alcanzaba una potencia en aguas medias de 1000 CV, lo que permite confirmar que el tercer grupo se encontraba ya instalado y plenamente operativo.

Mengemor fue absorbida en 1951 por la Compañía Sevillana de Electricidad.


La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas en julio de 1956

El proyecto frustrado de modernización y el cierre del salto del Vado de las Ollas

Tras más de seis décadas de servicio, la central hidroeléctrica del Vado de las Ollas (primer aprovechamiento de Mengemor en la provincia de Jaén y pieza clave en la electrificación del distrito minero Linares - La Carolina) entró en los años sesenta en un periodo marcado por la obsolescencia de sus equipos y la insuficiencia de su potencia instalada. La maquinaria original, modernizada parcialmente durante la ampliación de 1925 con la incorporación de un tercer grupo, había quedado muy por debajo de los estándares técnicos contemporáneos, y uno de los grupos electrógenos se encontraba ya fuera de servicio (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976a: 243).

En este contexto, la Compañía Sevillana de Electricidad, presentó el 15 de marzo de 1965 un proyecto de modernización integral redactado por el ingeniero D. Antonio Díaz Granados. El plan aspiraba a transformar profundamente el antiguo aprovechamiento de Mengemor, que trabajaba con un caudal concesional de 5000 l/s, una potencia útil en torno a 518 kW y un salto bruto de 10 metros, parámetros que apenas habían variado desde principios del siglo XX (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1965: 410-411; Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976: 122-124).

El proyecto proponía multiplicar por casi cinco el caudal disponible, hasta 24000 l/s, manteniendo el salto de 10 m y conservando la presa existente, cuya estructura no sería modificada. La actuación central consistía en sustituir por completo los grupos generadores antiguos (dos de ellos instalados antes de 1925) por dos turbinas de bulbo de flujo axial, dotadas con generadores asíncronos alojados en cámara de aire, grupos automáticos que permitirían no solo aumentar la potencia, sino también mejorar notablemente el rendimiento del salto. Con esta modernización, la central podría alcanzar 1700 kW de potencia (frente a los 518,4 kW existentes), con un transformador de 2200 kVA y una producción anual estimada de 6,706 GWh. El presupuesto ascendía a 11,3 millones de pesetas, una cifra significativa para un salto de esas dimensiones (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1965: 410-411; Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976: 122-124).

Desde la Orden de 23 de febrero de 1963, Sevillana mantenía inscrito el aprovechamiento con 8000 l/s (5000 de concesión histórica y 3000 obtenidos por prescripción). Pero la llegada del proyecto del embalse de Giribaile, que ocuparía la misma planta que la presa del Vado de las Ollas, condicionó de inmediato cualquier ampliación (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976a: 242).

Tanto el Director de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, como el Abogado del Estado y el Comisario de Aguas advirtieron que no podían autorizarse obras que condicionaran la futura ejecución del pantano, por lo que la ampliación se permitía únicamente en precario, sin derecho a indemnización y sin garantizar la permanencia del salto (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976a: 242-245).

En este contexto, la central cesó su funcionamiento en torno a 1971, antes incluso de resolverse el expediente de modernización. Existen tres indicios sólidos que avalan esta datación:
  • El proyecto del pantano de Giribaile dejó el salto sin garantías de continuidad, tal y como se ha comentado anteriormente.
  • El Mapa Topográfico de Úbeda de 1972 ya no recoge las líneas eléctricas procedentes del Vado de las Ollas ni del cercano salto de los Escuderos (Instituto Geográfico y Catastral, 1972), señal inequívoca de que ambas instalaciones habían dejado de prestar servicio.
  • Las Estadísticas de Energía Eléctrica reflejan durante esos años un descenso de dos centrales hidroeléctricas en funcionamiento en la provincia de Jaén, descenso que coincide con la desaparición operativa de Vado de las Ollas y Escuderos (Serrano Navarro, 2025).
La convergencia de estos datos refuerza la hipótesis de un cierre efectivo en 1971, varios años antes de la resolución administrativa final.

A pesar de que la central estaba ya inactiva, el procedimiento administrativo continuó. El proyecto de Sevillana recibió autorización oficial el 15 de diciembre de 1975, confirmando los parámetros esenciales de la propuesta de 1965. El plazo fijado era de 3 meses para iniciar obras y 30 meses para finalizarlas, siempre supeditadas a su compatibilidad con el pantano de Giribaile (Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976: 122-124; Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, 1976a: 242-245).

Sevillana renunció finalmente a acometer la modernización, consciente de la inminente construcción del embalse y del escaso margen de explotación futura. En 1977, la central aún figuraba en la Estadística de Energía Eléctrica con una potencia residual de 360 kW (489 CV), pero sin registrar producción alguna, confirmándose así su desaparición definitiva como instalación en servicio (Estadística de Energía Eléctrica, 1977: 53).


La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas en junio de 1980

Hacia 1989–1990 se procedió a la demolición definitiva de las instalaciones de la central del Vado de las Ollas con motivo de las obras de construcción del embalse de Giribaile, cuya puesta en marcha exigió el desmantelamiento total del antiguo salto y de sus estructuras asociadas (IGN, 1980; IGN, 1985; IECA, 1990). Como testimonio material de aquella infraestructura, uno de los grupos generadores de la central fue conservado y permanece actualmente expuesto en la propia presa de Giribaile, integrándose como pieza patrimonial vinculada a la historia hidroeléctrica de la zona.

Bibliografía y webgrafía
  • BOLETÍN DE LA CÁMARA OFICIAL MINERA DE CÓRDOBA (1929): Julio de 1929.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1903): 31 de diciembre de 1903.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1905): 11 de julio de 1905.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1905a): 10 de agosto de 1905.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1909): 25 de noviembre de 1909.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1965): 8 de abril de 1965.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1976): 22 de enero de 1976.
  • BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE JAÉN (1976a): 12 de febrero de 1976.
  • GARRIDO RUS, D.A. (solicitante) (1903): Proyecto del salto del Vado de las Ollas. Escala 1:2000. Archivo Comisaría de Aguas de Sevilla, E-456 (Jaén). Digitalizado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.
  • INGENIERÍA (1910): 28 de febrero de 1910, nº 177.
  • INSTITUTO DE ESTADÍSTICA Y CARTOGRAFÍA DE ANDALUCÍA (1990): Fotografías aéreas del Vuelo de Andalucía de 1990. Escala 1:25000.
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO Y CATASTRAL (1969): Mapa de España a escala 1:50000. Hoja 905 (Linares).
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO Y CATASTRAL (1972): Mapa de España a escala 1:50000. Hoja 906 (Úbeda).
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO (1923): Mapa de España a escala 1:50000. Hoja 906 (Úbeda).
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO Y ESTADÍSTICO (1923a): Mapa de España a escala 1:50000. Hoja 885 (Santisteban del Puerto).
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL (1980): Fotografías aéreas del Vuelo Interministerial. Junio de 1980. Escala 1:18000.
  • INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL (1985): Fotografías aéreas del Vuelo Nacional. Marzo de 1985. Escala 1:30000.
  • F. LINARI, A. (1925): Canalización y aprovechamiento de energía del Guadalquivir. En Ibérica, año XII, tomo 2°, volumen XXIV, n° 592 (5 de septiembre de 1925), pp. 136-141.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1911): 10 de abril de 1911, nº 7.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1914): 25 de agosto de 1914, n. 16.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1917): 25 de febrero de 1917, n° 4.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1917a): 25 de mayo de 1917, n° 10.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1925): 10 de agosto de 1925, n° 15.
  • LA ENERGÍA ELÉCTRICA (1926): 25 de mayo de 1926, n° 10.
  • MADRID CIENTÍFICO (1911): nº 703.
  • MENGEMOR (1904): Plano General. En Proyecto de nueva presa y canal. Salto de agua del "Vado de la Olla". Escala 1:2000. Archivo Comisaría de Aguas de Sevilla, nº 461-462 (Jaén), E-462. Digitalizado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.
  • MIGUEL BERNAL, A. (1993): Ingenieros-empresarios en el desarrollo del sector eléctrico español. Mengemor, 1904-1951. Revista de historia industrial, nº 3, pp. 93-126.
  • MINISTERIO DE INDUSTRIA (1972): Estadística de Energía Eléctrica. Servicio de Publicaciones del Ministerio de Industria.
  • MINISTERIO DE INDUSTRIA (1977): Estadística de Energía Eléctrica. Servicio de Publicaciones del Ministerio de Industria.
  • REVISTA ILUSTRADA DE BANCA, FERROCARRILES, INDUSTRIA Y SEGUROS (1925): 10 de abril de 1925.
  • SERRANO NAVARRO, J.A. (2025): La central hidroeléctrica de Olvera. En Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”. Recuperado de https://sehmne.blogspot.com/2025/08/la-central-hidroelectrica-de-olvera.html (consultado el 29 de noviembre de 2025).
  • SOCIEDAD MINERO-METALÚRGICA DE PEÑARROYA (1937): Instalaciones eléctricas en las provincias de Badajoz, Ciudad Real, Córdoba y Jaén. Mapa a escala 1:400000. Archivo de la Empresa Nacional Carbonífera del Sur (Pozo María), Fuente Obejuna.
Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS 1 Y 2]: El Financiero, 15 de mayo de 1925, nº 1259.
  • [FOTOGRAFÍAS 3 Y 4]: Instituto Geográfico Nacional.

Un artículo de José Antonio Serrano Navarro


miércoles, 19 de noviembre de 2025

Novedades de las investigaciones de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" (noviembre de 2025)


En esta publicación, nos complace informar al público sobre las diversas actividades realizadas por la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" durante el mes de noviembre de 2025.

Reportajes fotográficos
  • Úbeda (Jaén).
  • Quesada (Jaén).
  • Iznájar (Córdoba).
  • Archidona (Málaga).

Archidona. Plaza Ochavada (siglo XVIII). 18 de noviembre de 2025


Interior del castillo de Iznájar. 18 de noviembre de 2025


Iznájar. Vista de la iglesia desde la Plaza Nueva

Ampliaciones de entradas en proyecto
  • Historia general de la minería del hierro en Bayarque.
  • Historia general de los centros educativos de Armuña de Almanzora.
  • Los molinos hidráulicos y de aceite de Armuña de Almanzora.
  • El yacimiento argárico de Peñalosa.
  • La crisis energética de la Primera Guerra Mundial. El caso de la compañía ferroviaria The Great Southern of Spain Railway Co. Ltd.
  • Apuntes sobre la mejora de las infraestructuras ferroviarias en tiempos de la Segunda República. El caso de la sustitución de los puentes de hierro de diez metros de luz de la línea de Salamanca a Fuentes de Oñoro.
  • La central hidroeléctrica de Bayarque.
  • La central hidroeléctrica de Serón.
  • Los puentes de la antigua carretera de Baza a Huércal-Overa sobre el río Almanzora.
Ampliación y/o edición de entradas
  • La central hidroeléctrica de Olvera (Navas de San Juan). Edición realizada el 30 de noviembre de 2025, última edición del 21 de septiembre de 2025.
  • El apeadero de Arboleas. Nuevas perspectivas historiográficas para el estudio de una dependencia ferroviaria de la línea de Lorca a Baza. Ampliación y edición realizada el 19 de noviembre de 2025, nunca editada ni ampliada anteriormente.
  • La estación de Tíjola en las postrimerías del siglo XX. Edición realizada el 10 de noviembre de 2025, nunca editada anteriormente.
  • La estación de Purchena en las postrimerías del siglo XX. Edición realizada el 10 de noviembre de 2025, nunca editada anteriormente.
  • La estación de Fines-Olula en las postrimerías del siglo XX. Edición realizada el 10 de noviembre de 2025, nunca editada anteriormente.
Entradas en proyecto
  • La fábrica de harinas "Santa Isabel" (Tíjola).
  • Apuntes sobre la industria del mármol en la ciudad de Tíjola: SYMSA e INPOSSA.
  • La central hidroeléctrica del Vado de las Ollas (Ibros).
  • La central hidroeléctrica de Escuderos (Rus).
  • La estación de Fines-Olula. Nuevas perspectivas historiográficas para el estudio de una dependencia ferroviaria de la línea de Lorca a Baza.
  • Las almazaras de Tíjola.
Entradas en fase de redacción
  • Los molinos hidráulicos de Lúcar.
  • Los molinos hidráulicos de Somontín.
  • Las eras de Bayarque.
Investigaciones en curso


Edificio de viajeros de la estación de Archidona. 18 de noviembre de 2025

  • Líneas generales de investigación histórica de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas".
  • Historia general de la minería en Armuña de Almanzora.
  • Investigaciones del Gabinete de Estudios Históricos Ferroviarios de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas". Provincias de Almería, Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Córdoba, Murcia, Salamanca y Ciudad Real.
  • Proyecto Lorca-Baza-Águilas.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Almería.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Granada.
  • Historia de la electricidad en la provincia de Jaén.
Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / José Antonio Serrano Navarro.

lunes, 17 de noviembre de 2025

Inauguración del molino harinero de la calle Zacatín en Monachil. Un hito en la conservación del patrimonio industrial de la Vega de Granada


La inauguración de la restauración del molino harinero de la calle Zacatín, que tuvo lugar ayer, 16 de noviembre, ha constituido un acontecimiento de notable relevancia para la protección y puesta en valor del patrimonio industrial de Monachil. La jornada se inició a las 10:30 con una ruta interpretativa por el Barrio de Monachil en la que numerosos participantes recorrieron varios enclaves relacionados con el patrimonio histórico y etnológico del municipio, actividad que contó con una significativa participación ciudadana y que enmarcó el posterior acto institucional.

A las 11:45, cerca de un centenar de personas se hallaban ya congregadas ante la entrada del molino, evidenciando el interés social suscitado por la recuperación de este inmueble histórico. El edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Monachil en 2021, y su restauración ha supuesto una inversión superior a los 100000 euros, financiada mediante fondos propios municipales, aportaciones de los fondos europeos LEADER y del Programa de Fomento de Empleo Agrario (PFEA).

Entre los asistentes se encontraban miembros del Ayuntamiento de Monachil, diversos colectivos vinculados a la defensa del patrimonio industrial (incluido un grupo procedente de La Zubia), el arquitecto municipal, el equipo técnico local implicado en los trabajos de restauración y representantes de todas las fuerzas políticas municipales. La presencia de Encarna, última propietaria del molino, confirió un valor especial al evento, en cuyo transcurso se procedió al descubrimiento de una placa conmemorativa.

El acto institucional fue iniciado por el concejal de Participación Ciudadana, Iván Porcel, quien ofreció una intervención de carácter contextualizador sobre la trayectoria histórica del molino y su relevancia en el marco del patrimonio etnológico local. Seguidamente, el alcalde de Monachil, José Morales, expresó su reconocimiento a todas las entidades, profesionales y servicios municipales implicados en la ejecución del proyecto, subrayando la importancia de la colaboración interinstitucional en el ámbito de la conservación patrimonial.



Descubrimiento de la placa conmemorativa en el molino

Tras estas intervenciones, los asistentes accedieron al interior del edificio, donde Rafael García de la Mata Escudero, responsable técnico de la restauración, expuso de manera detallada el funcionamiento del mecanismo harinero y los criterios metodológicos aplicados durante el proceso de rehabilitación. Su explicación generó un considerable interés y dio paso a un turno de ruegos y preguntas, en el que el público manifestó una elevada participación, centrada especialmente en aspectos técnicos y en piezas concretas del conjunto.



Dos instantáneas tomadas en el interior de la aceña durante el acto

En la fase final del encuentro, el acto adquirió un carácter más distendido, permitiendo a los asistentes recorrer las distintas estancias del molino, dialogar con los responsables del proyecto y observar de cerca los elementos restaurados. Este ambiente favoreció un intercambio enriquecedor de impresiones y puso de manifiesto la satisfacción general respecto al resultado del proceso de restauración.

El alcalde José Morales reiteró de manera expresa su reconocimiento al trabajo desarrollado por Rafael García de la Mata Escudero, destacando que los resultados obtenidos han superado las previsiones iniciales del proyecto. Esta valoración subraya el elevado nivel técnico alcanzado en la intervención y la relevancia del molino como bien cultural de interés para el municipio.

La restauración del molino harinero de la calle Zacatín se consolida, en suma, como un hito significativo en la recuperación del patrimonio industrial de Monachil, ejemplificando un modelo de cooperación institucional, técnica y ciudadana orientado a la preservación y difusión del legado cultural local.

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍA 1]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Rafael García de la Mata Escudero.
  • [FOTOGRAFÍAS 2, 3, 4 Y 5]: Ayuntamiento de Monachil.




lunes, 10 de noviembre de 2025

El ayuntamiento de Monachil inaugurará la restauración del molino harinero de la calle Zacatín


El ayuntamiento de Monachil celebrará el próximo domingo, 16 de noviembre de 2025, la inauguración oficial del molino harinero de la calle Zacatín, tras la culminación de su restauración integral.

Los trabajos han sido dirigidos por el ingeniero Rafael García de la Mata Escudero y su equipo, especialistas en conservación del patrimonio, quienes han devuelto a este edificio histórico su valor constructivo, tecnológico y simbólico dentro del paisaje cultural del municipio.

El molino, pieza esencial del patrimonio hidráulico y etnográfico de Monachil, ha recuperado su estructura original y parte de su maquinaria, convirtiéndose en un nuevo espacio cultural dedicado a la interpretación del patrimonio local.

Programa del domingo, 16 de noviembre de 2025


10:30 h — Ruta interpretativa

Recorrido guiado por el Barrio de Monachil y los alrededores del molino, con explicaciones sobre los elementos patrimoniales, hidráulicos y paisajísticos vinculados a la aceña y al sistema de riego tradicional.

Salida: Edificio de Usos Múltiples, camino de la Bojaira.

12:00 h — Inauguración del molino harinero

Acto oficial en el molino de la calle Zacatín, con la participación del Ayuntamiento de Monachil y del ingeniero Rafael García de la Mata Escudero, responsable de la restauración.

Durante el evento se ofrecerán intervenciones institucionales, una presentación de los trabajos realizados y una visita guiada al edificio restaurado.

Lugar: Molino harinero, calle Zacatín, Monachil.

Acceso libre hasta completar aforo.

Un patrimonio recuperado

El proyecto ha incluido la consolidación estructural del edificio, la reparación de cubiertas, la restauración de muros de mampostería y ladrillo, y la recuperación parcial de la maquinaria tradicional.

Se ha seguido un enfoque respetuoso con las técnicas originales, garantizando la conservación de los materiales históricos y la autenticidad del inmueble.

La intervención ha permitido revalorizar el molino como un espacio cultural, educativo y de interpretación del patrimonio, donde se podrá conocer de primera mano la historia de la molienda, las acequias y la evolución de los oficios tradicionales en Monachil.


Interior del molino harinero antes de su restauración


Trabajos de restauración del molino y recomposición del empiedro faltante


El molino eléctrico de piensos antes de su restauración


Rafael García de la Mata Escudero trabajando en la restauración 
del sistema de accionamiento eléctrico del molino de piensos

Reseña histórica y restauración del molino harinero de la calle Zacatín

Originalmente, el edificio del actual molino harinero de la calle Zacatín era un batán anexo al antiguo Convento de los Padres Agustinos, que durante los siglos XVIII y XIX albergó la fábrica de tejidos Santa Cándida de Monachil. El batán tomaba el agua de la Acequia Gorda, que accionaba los mazos encargados de macear las fibras vegetales (principalmente lino, algodón y otras) para obtener las hilaturas con las que se fabricaban los tejidos.

En torno a 1850, la fábrica cerró sus puertas. El conjunto industrial, que incluía el convento, la iglesia y el batán, fue adquirido por particulares y se vendió por partes. El antiguo batán fue entonces transformado en un molino harinero de tres canales, con dos empiedros para la molienda y una tercera rueda o rodezno destinada a impulsar la maquinaria.

Desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, el molino pasó por manos de tres familias propietarias, siendo la última la familia Márquez, que lo adquirió hacia 1960-1961. Con el tiempo, el edificio fue adaptándose a nuevas necesidades: se anuló uno de los empiedros originales y se incorporó un molino eléctrico de piensos, que ha sido recuperado en la reciente restauración y se encuentra en pleno estado de funcionamiento.

En sus últimas décadas de actividad, el molino combinó varios usos: molino harinero, fábrica de piensos y posteriormente una tienda de ultramarinos instalada en uno de los laterales del edificio. Las reformas realizadas entonces anularon los otros dos rodeznos hidráulicos mediante obra, lo que ha impedido por ahora la recuperación de la impulsión por agua, aunque se prevé hacerlo en una segunda fase de intervención.

En la restauración dirigida por Rafael García de la Mata Escudero, se ha recuperado el empiedro desaparecido a mediados del siglo XX, reconstruido con piezas de madera originales del inmueble. Uno de los empiedros ha sido restaurado al 100% y el otro reconstruido con un 20% de elementos originales. El molino de piensos, de mediados del siglo XX, permanece operativo gracias a la instalación de un motor renovado. El edificio cerró definitivamente sus puertas en 1991.

Datos obtenidos a partir de la entrevista realizada por la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas” al ingeniero restaurador Rafael García de la Mata Escudero (2025).


Un proyecto de memoria y futuro

Desde la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”, celebramos la recuperación del molino de la calle Zacatín como un ejemplo de colaboración entre instituciones, técnicos y ciudadanía para conservar y difundir el patrimonio histórico de Monachil.

La restauración de este edificio (antiguo batán, molino y tienda) representa un homenaje al trabajo artesanal y al valor de la memoria material de nuestra tierra.


Detalle de uno de los empiedros del molino de la calle Zacatín


Aspecto del interior del molino harinero tras su restauración

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS 1 Y 3 A 8]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Rafael García de la Mata Escudero.
  • [FOTOGRAFÍA 2]: Ayuntamiento de Monachil.

viernes, 31 de octubre de 2025

El embarcadero del Hornillo en las postrimerías del siglo XX


Finalizamos nuestro recorrido por el ramal de Almendricos a Águilas, en el cual hemos ido mostrando el aspecto de sus instalaciones ferroviarias a finales del siglo XX, en el embarcadero del Hornillo. A pesar de que en esta serie fotográfica de Mario Fontán Antúnez no se documentó la estación de Águilas, este cargadero sí fue fotografiado y se realizó el reportaje fotográfico que les mostramos en esta entrada.


El puente metálico sobre la rambla de las Culebras permitía el acceso de
los trenes de mineral al embarcadero del Hornillo. 18 de septiembre de 1999


Túneles de acceso al embarcadero del Hornillo

El embarcadero del Hornillo fue inaugurado en 1903 y se mantuvo en activo hasta 1970, fecha de su clausura oficial. Era el punto por el que se embarcaba todo el mineral de hierro de los cotos mineros de Serón, Bayarque, Bacares, El Tesorero, la Sierra de Enmedio y otros.


Palanca de un cambio de agujas en El Hornillo


Curioso semáforo de madera que estaba situado en la boca
de entrada a uno de los túneles del embarcadero del Hornillo


Detalle de una tolva de los túneles del Hornillo


Tolvas y vía férrea en los túneles del embarcadero del Hornillo


Vista general de las instalaciones del Hornillo. 18 de septiembre de 1999


El embarcadero del Hornillo y la isla del Fraile

En nuestra siguiente entrega de la línea de Lorca a Baza y Águilas en las postrimerías del siglo XX veremos uno de los puntos de carga del mineral de hierro en la Comarca del Almanzora.

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

jueves, 30 de octubre de 2025

La estación de Jaravía en las postrimerías del siglo XX


Continuamos con la difusión de las fotografías del ramal de Almendricos a Águilas a finales del siglo XX. En esta ocasión, mostramos al público las imágenes de la estación de Jaravía (km 18/748).


Estación de Jaravía. 18 de septiembre de 1999

En 1999, esta dependencia ferroviaria aún conservaba sus edificios auxiliares (retretes, muelle cubierto y otras estructuras de menor entidad), los cuales serían demolidos en la siguiente década. En la actualidad únicamente subsisten el edificio de viajeros y los restos del muelle de mercancías y andenes.


Garita del guardaagujas lado Pulpí y cambio de marmita


Detalle del cambio de agujas: contrapeso o queso de la palanca
de accionamiento del mismo fabricado originalmente para MZA 
en 1922 y trasladado posteriormente a Jaravía en la época de RENFE


Estación de Jaravía. Vista general. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

miércoles, 29 de octubre de 2025

La estación de Pulpí en las postrimerías del siglo XX


En la anterior entrega de esta recopilación de fotografías de la línea de Lorca a Baza y Águilas de finales del siglo XX, decidimos cambiar el rumbo de nuestro viaje en el tiempo a través de las fotografías de Mario Fontán Antúnez y continuar por el ramal de Almendricos a Águilas. Nuestra primera parada es la estación de Pulpí, en el kilómetro 9/988 del citado ramal.


El automotor 592-063 (592-015R) realizando un servicio de cercanías
entre Murcia del Carmen y Águilas. Esta unidad, fabricada en 1982,
aún continúa en servicio en la actualidad. 18 de septiembre de 1999


Restos del depósito de agua o cubato de Pulpí. 18 de septiembre de 1999

A finales del siglo XX, la estación de Pulpí contaba con su edificio de viajeros, el muelle de mercancías y el cubato. El primer inmueble no hacía mucho tiempo que se había pintado y tenía sus vanos cegados, el segundo aún no había sido restaurado y la tercera estructura conservaba la parte de fábrica pero no las piezas metálicas. En esta dependencia ferroviaria sólo había una vía, la general, al haber sido reducida a apeadero sin personal tres décadas antes.


Estación de Pulpí. Vista general. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

domingo, 26 de octubre de 2025

La estación de Almendricos en las postrimerías del siglo XX


La estación de Almendricos, situada en el km 23/702 de la línea de Lorca a Baza y punto de inicio del ramal que va desde esta pedanía lorquina a la ciudad de Águilas, es la protagonista de esta publicación en la que continuamos difundiendo las fotografías de Mario Fontán Antúnez que muestran el estado del ferrocarril del Almanzora en las postrimerías del siglo XX.


Aguada de la estación de Almendricos. 18 de septiembre de 1999


Edificio de viajeros y cocherón de la estación de Almendricos. Al fondo se 
puede ver el muelle cubierto de mercancías. 18 de septiembre de 1999


Cocherón, aguada y edificio de viajeros de Almendricos. La vía de la izquierda era 
la que iba a Águilas y la de la derecha, la que aparece medio desmontada y en cuyo
espacio crecieron olivardas y otras especies de matorrales, era la que iba a Baza y Guadix

Llegados a este punto, nos desviamos en nuestro camino y el viaje en el tiempo continuará por el ramal de Almendricos a Águilas hasta alcanzar el mar, tal y como lo hacían los antiguos trenes de mineral.

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

sábado, 25 de octubre de 2025

Las estaciones de Almajalejo, Huércal-Overa y Las Norias en las postrimerías del siglo XX


Continuamos mostrando al público el estado de las dependencias ferroviarias de la línea de Lorca a Baza y Águilas a finales del siglo XX. En esta entrada se muestran una serie de fotografías inéditas y de gran valor histórico, tomadas por Mario Fontán Antúnez en el apeadero de Almajalejo, la estación de Huércal-Overa y el apeadero de Las Norias en septiembre de 1999.

A finales de los años noventa, el apeadero de Almajalejo, situado en el kilómetro 46/000 de la línea de Lorca a Baza, se encontraba en un estado de conservación lamentable. El edificio de viajeros, el de los retretes y las escaleras de acceso al andén se encontraban con signos evidentes de abandono y vandalismo. Lamentablemente, todas estas estructuras ferroviarias fueron demolidas en 2006.


Apeadero de Almajalejo. 18 de septiembre de 1999

En cuanto a la estación de Huércal-Overa (km 41/774) respecta, ésta se encontraba en su primera fase de rehabilitación. Su edificio de viajeros y sus retretes fueron adecentados, pero unos años después cayeron en el abandono y fueron objeto de una segunda restauración recientemente.


Estación de Huércal-Overa. 18 de septiembre de 1999

Finalizamos el reportaje con el apeadero de Las Norias, situado en el kilómetro 30/614 de la línea, que corrió la misma suerte que el de Almajalejo y también fue demolido en 2006. En 1999, además del edificio de viajeros, conservaba elementos tales como casillas de guardaagujas y aparatos de accionamiento de señales.


Casilla de guardaagujas y palanca de accionamiento de la señal avanzada
del apeadero de Las Norias lado Huércal-Overa. 18 de septiembre de 1999


Las Norias. Edificio de viajeros. 18 de septiembre de 1999

Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la SEHMNE / Mario Fontán Antúnez.

domingo, 19 de octubre de 2025

Los molinos hidráulicos y de aceite de Bayarque


Los molinos y las almazaras constituyeron industrias fundamentales en la economía tradicional de los municipios del Valle del Almanzora, dado que en ellas se procesaban las materias primas destinadas a la elaboración de productos alimenticios básicos que conformaron los cimientos de la dieta mediterránea hasta fechas relativamente recientes.

El presente artículo historiográfico analiza la evolución histórica y las principales características de los molinos, tanto hidráulicos como de aceite, ubicados en el término municipal de Bayarque.

Características generales y funcionamiento de un molino

Los molinos hidráulicos solían emplazarse en las proximidades de cursos de agua, ya fueran naturales o artificiales. Generalmente, el caudal se desviaba hacia el molino mediante el levantamiento de una presa que permitía derivar el agua a través de una canalización secundaria. En muchos casos, dicha conducción incluía un cubo, cuyo propósito era incrementar la fuerza de la caída del agua sobre el mecanismo. En otras ocasiones, el caudal se acumulaba previamente en una balsa, desde la cual se liberaba con la pendiente y la presión necesarias para accionar la maquinaria molinera.

Una vez apartado del curso principal, el agua caía por la acequia del molino (también denominada caz) y transmitía la energía hidráulica a la aceña. En los molinos de cubo, el agua circulaba por la acequia hasta precipitarse con fuerza a través de aquel, impulsando el mecanismo. En los molinos de acequia, la canalización debía presentar la pendiente adecuada para garantizar la presión suficiente. En los molinos de balsa, por su parte, el flujo se liberaba mediante un tablón que permitía su descenso a lo largo de una acequia con cierta pendiente, alcanzando con energía la maquinaria del molino.

El agua caía finalmente en una trampa que accionaba el rodete o rodezno, situado en la parte inferior del edificio, en un espacio abovedado denominado cárcavo. Este movimiento hacía girar la piedra volandera o superior sobre su eje. El grano, vertido desde la tolva, descendía hasta el empiedro, donde era triturado entre la piedra volandera, en movimiento, y la piedra solera o inferior, fija, obteniéndose así la harina.

A diferencia de los molinos hidráulicos, la ubicación de las almazaras o molinos de aceite no obedecía a criterios tan restrictivos, ya que no dependían de la presencia de un curso de agua. Su funcionamiento, además, resultaba más sencillo. Por lo general, se utilizaba un motor de sangre, es decir, la fuerza de un animal de tiro, para mover las piedras encargadas de triturar las aceitunas. Una vez obtenida la pasta de aceituna, esta se depositaba en unas espuertas denominadas cofines, que se colocaban posteriormente en una prensa. Mediante la presión ejercida, se separaba el aceite del resto de componentes sólidos y líquidos, completando así el proceso de extracción.

La maquila

La maquila constituía el porcentaje de cereal molido que percibía el molinero como retribución por su labor. Dicho porcentaje variaba en función del lugar y de la calidad del grano, situándose habitualmente entre el 5 % y el 12 %. No eran infrecuentes las disputas entre los molineros y quienes acudían a sus instalaciones para transformar el cereal, precisamente a causa de este gravamen. De tales tensiones surgió la conocida expresión popular: «de molinero a ladrón solo hay un escalón» (Garrido Jorquera, 2017: 417).

Los hornos de pan cocer

El horno de pan cocer era una instalación doméstica puesta a disposición de la comunidad, en la cual cualquier particular podía cocer el pan previamente amasado (Garrido Jorquera, 2017: 427). En el caso de Bayarque, se tiene constancia documental de la existencia de dos hornos de este tipo en el siglo XVI (Mirallas Jiménez, 2010: 131).

A mediados del siglo XVIII y según el Catastro de Ensenada, en Bayarque no existía ningún panadero, aunque sí se registraba la existencia de un horno de pan. Al hornero se le regulaba una utilidad anual de 730 reales de vellón, mientras que el alquiler del horno ascendía a 365 reales de vellón (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

Ya en el siglo XX, concretamente en 1934, se documenta la existencia de dos hornos de pan, propiedad de Antonio Pordoy Sánchez y Manuel Rodríguez, lo que demuestra la continuidad de esta actividad a lo largo del tiempo (Anuario Industrial y Artístico de España, 1933-1934: 218).

El último horno de pan de Bayarque cesó su actividad en 2004, poniendo fin a una tradición centenaria que había sido parte fundamental de la vida cotidiana del municipio (Mirallas Jiménez, 2010: 131).

Los molinos y almazaras de Bayarque

No se dispone de datos sobre la existencia de molinos anteriores al año 1568 (Vincent, 1989: CVII). Sin embargo, el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, citado por Diego Mirallas Jiménez (2010: 34, 131), documenta la presencia en Bayarque de seis molinos harineros y dos hornos de pan. Se tiene constancia de que uno de estos molinos pertenecía a un individuo apellidado Tebo, sin que se haya podido determinar si se trataba de García Tebo o Francisco Tebo, ambos identificados como propietarios moriscos (Mirallas Jiménez, 2010: 34). Por otro lado, no se registran datos sobre molinos correspondientes al año 1593 (Vincent, 1989: CVII), lo que sugiere una posible interrupción o falta de documentación en las fuentes conservadas para ese periodo.

El Catastro de Ensenada constituye un testimonio de excepcional valor para el conocimiento de la estructura económica y social de Bayarque a mediados del siglo XVIII. En las Respuestas Generales, se documenta la existencia de un único molino harinero en el término municipal, propiedad eclesiástica adscrita a una capellanía (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751):

A la Dezima-séptima Digeron que de lo que contiene, solo ai en el termino d este lugar, un molino arinero, con una piedra, propio de la Capellanía de D. Pedro Juan Mirallas, quien lo tiene arrendado en treinta fanegas de trigo en cada un año.

 

Este fragmento confirma que, hacia mediados del siglo XVIII, el único molino harinero de Bayarque pertenecía a Don Pedro Juan Mirallas, clérigo de menores órdenes. El molino contaba con una sola piedra y se arrendaba por una renta anual de treinta fanegas de trigo, una cantidad significativa para un núcleo rural de las dimensiones de Bayarque.

Las Relaciones juradas del vecindario eclesiástico de 1751 complementan esta información y aportan una descripción más detallada del inmueble y sus anexos agrícolas. En ellas, el propio Pedro Juan Mirallas, clérigo de menores órdenes, declara (AHPGR, Catastro de Ensenada, RRJJVE, 1751):

Poseo un Molino de Pan moler en la jurisdicción de esta villa que dista de ella medio quarto de Legua; que se dize el molino de Vaiarque está en el río que vaja de Vacares a esta villa, y da en arrendamiento en cada un año treinta fanegas y quatro zelemines de trigo; en dicho arrendamiento se incluien ocho paratos de mediana calidad que podra sembrar quatro zelemines y tienen unas parrizas pegadas a unas peñas de dichas tierras de paratos son de inferior calidad aunque se dize de Mediana; y tiene Cinco higueras y dos zerezos.

 

De esta declaración se desprende que el molino, identificado como el Molino de Bayarque, se encontraba a medio cuarto de legua del núcleo urbano, junto al río Bacares, localización que permite identificarlo con el conocido Molino de Abajo. Además del edificio principal, el conjunto incluía paratas de cultivo, parrizas y varios árboles frutales, lo que evidencia un aprovechamiento mixto de carácter agroindustrial y hortícola.

Por su parte, los Estados del Catastro de Ensenada consignan diversas rentas vinculadas a actividades agroalimentarias locales, tanto eclesiásticas como seculares. El alquiler del molino harinero, considerado un bien eclesiástico, ascendía a 667 reales de vellón anuales, mientras que el horno de pan cocer, de propiedad secular, generaba 365 reales. Asimismo, se registraban otras figuras fiscales y oficios relacionados con la producción y el comercio de productos básicos: el obligado de vinagre y aceite aportaba 200 reales, el facendero de vino y aceite contribuía con 150 reales, y el molinero de harina declaraba 1200 reales de vellón anuales (AHPGR, Catastro de Ensenada, Estados, 1751).

El propio documento menciona igualmente la existencia de una tienda de aceite y vino, lo que refuerza la idea de una economía local diversificada, articulada en torno al aprovechamiento de los recursos agrícolas y a la transformación de los mismos (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

A partir de este punto, las fuentes posteriores permiten seguir la evolución del entramado molinero y agroindustrial bayarquino desde el siglo XIX hasta comienzos del XX. En 1845, el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Pascual Madoz registra la existencia de dos molinos harineros en el municipio, lo que confirma la continuidad de esta actividad desde la época moderna (Madoz, 1845, IV: 78). Este dato implica un notable incremento respecto al único molino documentado en 1751, pero a la vez refleja una reducción drástica en comparación con los seis molinos de 1572, lo que evidencia una larga tendencia regresiva en el número de aceñas desde el siglo XVI.

A finales del siglo XIX, el Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración menciona una fábrica de harinas de Antonio Sánchez; no obstante, la misma fuente recoge también dicha fábrica en el municipio vecino de Tíjola (1894: 808). En 1897, el mapa del Instituto Geográfico y Estadístico muestra que existían cuatro molinos en Bayarque (la Cerrá, Abajo, el Cura y el del Rubio), lo que revela un aprovechamiento más intensivo del recurso hidráulico en ese momento (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897).

Ya en 1911, el panorama experimenta un cambio notable: el Molino del Cura es demolido para construir en su lugar la fábrica de la luz, signo inequívoco del proceso de sustitución del uso tradicional del agua por la generación de energía eléctrica (Serrano Navarro, 2023). El Anuario Riera de ese mismo año menciona dos molinos harineros en funcionamiento, pertenecientes a Victoria Flores Gutiérrez y Alonso García Carrasco, además de una almazara propiedad de Manuel de Torres (Riera Somalich, 1911: 358).

En 1916 se registraban dos molinos harineros, propiedad de Juan Teruel Romero y Juan Romero Martos (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1917: 4). En el Anuario de Almería (1925: 404), se indica que los dos molinos pertenecían a los Herederos de Alonso García Carrasco y a la Hidroeléctrica del Almanzora, y que también había dos almazaras pertenecientes a Herederos de Diego Miralles Rodríguez y Manuel Torres Rodríguez.

En 1930, el molino de Esteban Teruel Romero fue dotado de la maquinaria necesaria para suministrar energía eléctrica al pueblo de Bayarque, lo que supuso su conversión en una pequeña instalación hidroeléctrica. Funcionó con este cometido hasta aproximadamente el año 1940, año en que Bayarque fue conectado a la central hidroeléctrica comarcal (Mirallas Jiménez, 2010: 134-135; Carreño Soler, 2025: 45).

En 1934, la documentación refleja todavía dos molinos harineros (de Juan Teruel Romero y Esteban Teruel Romero), además de una almazara (Francisco Miralles) y dos hornos de pan (Antonio Pordoy Sánchez y Manuel Rodríguez). Tres décadas más tarde, en 1962, solo permanecía operativo un molino, el Molino de Abajo, tal y como confirman Diego Mirallas Jiménez (2010: 131) y la Reseña estadística de la provincia de Almería (1965: 291). El molino tenía una capacidad de molturación en 8 horas de 2,33 quintales métricos (Instituto Nacional de Estadística, 1965: 291).

Estos datos permiten observar la evolución del sector molinero y oleícola bayarquino desde su configuración inicial en el siglo XVI hasta su declive en el siglo XX, reflejando los cambios económicos, tecnológicos y sociales que afectaron al conjunto del Valle del Almanzora.

A continuación, analizaremos detalladamente el caso de cada industria por separado.

Molino de Abajo


El molino de Abajo se encuentra en la margen derecha del río Bacares, en el paraje homónimo y cerca del paraje de la Alameda, a unos 700 metros del casco urbano de Bayarque.

Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, las fuentes documentales permiten situar su origen con cierta probabilidad en el siglo XVI, momento en que el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572 ya menciona la existencia de varios molinos harineros en Bayarque (Mirallas Jiménez, 2010: 131). Por tanto, resulta plausible que el Molino de Abajo; por su localización junto al cauce principal, fuera uno de aquellos establecimientos hidráulicos de origen bajomedieval o morisco que continuaron en uso tras la repoblación cristiana. A mediados del siglo XVIII pertenecía a Pedro Juan Mirallas (Mirallas Jiménez, 2010: 34, 131; AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751).

Se trataba de una aceña de cubo que contaba con un empiedro.


Caz y cubo del molino de Abajo


Cubo del molino de Abajo

Se cree que éste era el molino donde Esteban Teruel Romero puso la fábrica de la luz.

Fue el último molino activo en Bayarque, siendo clausurado en la decáda de los sesenta del siglo XX (Mirallas Jiménez, 2010: 131; Instituto Nacional de Estadística, 1965: 291).

Actualmente se encuentra rehabilitado como vivienda.

Molino del Cura

El molino del Cura, también conocido como molino de Joaquín Pérez (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897), se encontraba en la margen izquierda del río Bacares.

El conjunto estaba compuesto por la aceña y un cortijo anexo, tal y como se indica en el mapa de Bayarque del Instituto Geográfico y Estadístico (Instituto Geográfico y Estadístico, 1897).

En 1910 fue adquirido por Juan Fernández de la Cuesta, de la Hidroeléctrica del Almanzora, y fue demolido en 1911 para la construcción de la central hidroeléctrica de Bayarque (Archivo Histórico Provincial de Almería, 1910; Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1911: 1; La Información, 1911: 1; Diputación de Almería, 1912; Serrano Navarro, 2023).

Del cortijo únicamente se conservan en la actualidad las ruinas, único testimonio material superviviente de este antiguo ingenio hidráulico.


La central hidroeléctrica de Bayarque ocupa el lugar donde antiguamente
se emplazaba el molino del Cura. Fotografía tomada en agosto de 2024

Molino del Rubio

Se encuentra situado en la margen derecha del río Bacares, al sur de la central hidroeléctrica, y actualmente se encuentra en ruinas.


Ruinas del molino del Rubio y sus alrededores vistos desde la tubería
forzada de la central hidroeléctrica de Bayarque. Diciembre de 2023

Molino de la Cerrá


El molino de la Cerrá, también conocido como molino del Francés o de los Guiard, fue construido hacia 1880 por iniciativa de Guillermo Guiard Burgalat. Desde su origen destacó por incorporar los últimos avances técnicos en materia de molturación de granos, siendo capaz de mover dos piedras con un solo rodezno, lo que evidencia un alto grado de eficiencia mecánica y una voluntad de modernización poco común en el ámbito rural del Almanzora (Pozo Marín et alii, 2014: 124; Suárez Carrillo, 2011: 26, 30).

El edificio principal del molino, el cubo y el caz pertenecen al término municipal de Bayarque y la parte en la que posteriormente se instaló la fábrica de electricidad y parte de los corrales pertenecen a Tíjola.

A comienzos del siglo XX se inicia la transformación funcional del molino. En mayo de 1913, Adolfo Guiard Giménez proyectó la instalación de una turbina hidráulica con el objetivo de producir electricidad en el propio molino (La Independencia, 1913: 3). Cinco años más tarde, en 1918, aparecen las primeras menciones a la Eléctrica de Tíjola (Anuario de la Gran Industria de España, 1918: 55). El proceso culminó el 22 de diciembre de 1926, cuando Adolfo Guiard Jiménez solicitó oficialmente la instalación de un grupo electrógeno y una línea eléctrica destinada al alumbrado público de Tíjola y a la fábrica de harinas “Santa Isabel”, recientemente construida (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1926: 2). La central hidroeléctrica, las líneas de electricidad y los transformadores ya funcionaban a pleno rendimiento en 1927.

Los elementos eléctricos instalados en el molino de los Guiard fueron una turbina (probablemente de tipo Francis) y un generador de 33 kW (44 CV), además de los aparatos que componían el transformador que elevaba la potencia de la electricidad generada allí. Posteriormente, se colocaría allí un motor de gasoil de refuerzo (Pozo Marín et alii, 2014: 165).

Tras el fallecimiento de Adolfo Guiard Giménez en 1933, la empresa eléctrica pasa a denominarse Adolfo Guiard Giménez en Testamentaria (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1935: 2) y podríamos afirmar que, a partir de este momento comenzaría el declive de las instalaciones del molino de la Cerrá.

El 7 de noviembre de 1950, el Ayuntamiento de Tíjola hizo público el proyecto de Dolores Ruiz Mateo para instalar un motor de gasoil de 35 CV en el casco urbano, destinado a suministrar fuerza motriz a la harinera “Santa Isabel” y servir como fuente de electricidad de reserva (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1950: 2). Este hecho puede considerarse el inicio del fin del molino de la Cerrá, pues marca el tránsito desde la energía hidráulica para dar energía a la fábrica hacia sistemas motorizados independientes y, poco después, hacia el suministro de la Hidroeléctrica del Chorro.

En 1958, el molino ya no se encontraba activo. Ese año, Dolores Ruiz Mateo solicitó la legalización del alumbrado público de Tíjola en baja tensión, autorización concedida el 3 de junio de 1958 (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958: 1-2). Paralelamente, la empresa Hidroeléctrica del Chorro fue autorizada el 4 de julio de 1958 a construir una línea eléctrica y un transformador de 50 kVA para el suministro público (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1958a: 1-2).

Tras la venta del molino de la Cerrá a Hidroeléctrica del Chorro, los Guiard pasaron a ser distribuidores de electricidad en Tíjola, actividad que ejercieron hasta principios de la década de los setenta.

El Molino de la Cerrá se encuentra en un estado de ruina progresiva y ha sido objeto de advertencias sobre su deterioro durante los últimos años. En 2023 fue incluido en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra por riesgo de desaparición tras las gestiones realizadas por la Sociedad de Estudios Históricos “María Navarro Encinas”.

Molino en ruinas situado en las cercanías de la Cueva de la Paloma

La construcción de este molino se encuentra referenciada en el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, sin descartarse un origen medieval (Pozo Marín y Rueda Cruz, 1989: 567). Su clausura es de fecha desconocida, aunque se estima que debió producirse entre los siglos XVII y XVIII, ya que no figura en el Catastro de Ensenada (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1752).

En la actualidad, el molino pertenece al término municipal de Bayarque. Sólo se conservan restos parciales de algunas paredes, el cubo y parte del caz.


Vista de la Cerrá con los restos del caz del molino. 27 de julio de 2021


Cubo del molino. 27 de julio de 2021


Cubo del molino y restos de pared. 27 de julio de 2021

Almazara de Jerónima de Torres


La almazara se encuentra situada en la calle del Pilar de Bayarque.

Sus orígenes son inciertos. Aunque Diego Mirallas data su construcción en época islámica (Mirallas Jiménez, 2010: 132), no hay evidencias arqueológicas ni documentales que respalden esta afirmación. Las primeras referencias a la tradición oleícola bayarquina las encontramos a mediados del siglo XVIII en el Catastro de Ensenada (AHPAL, Catastro de Ensenada, RRGG, 1751; AHPGR, Catastro de Ensenada, Estados, 1751).

La industria, que perteneció a Manuel de Torres Rodríguez (Riera Somalich, 1911: 358) y posteriormente a Jerónima de Torres y otros (Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1947: 4; Boletín Oficial de la Provincia de Almería, 1969: 1), contaba con un empiedro con una piedra troncocónica, movido por tracción animal, y una prensa de hierro fundido.

Su actividad se mantuvo hasta 1992, fecha de su cierre definitivo (Mirallas Jiménez, 2010: 132).

En la actualidad, la almazara de Bayarque se encuentra en un estado inmejorable de conservación gracias a sus propietarios, que la mantienen prácticamente intacta, siendo un ejemplo de preservación de estas antiguas industrias oleícolas en la Comarca del Almanzora.

Conclusiones

El análisis historiográfico de los molinos y almazaras de Bayarque permite apreciar la profunda vinculación de estas infraestructuras con la evolución económica, tecnológica y social del municipio y del conjunto del Valle del Almanzora. Desde el siglo XVI hasta bien entrado el siglo XX, los ingenios hidráulicos y oleícolas constituyeron el eje productivo de la economía local, actuando como intermediarios esenciales entre la agricultura y el consumo doméstico.

Las fuentes documentales más antiguas, como el Libro de Apeo y Repartimiento de 1572, evidencian la existencia de un entramado industrial notable, con seis molinos harineros y dos hornos de pan. Esta densidad de instalaciones refleja la importancia del cereal y del pan como bases de la dieta tradicional. Sin embargo, el progresivo descenso en el número de molinos a lo largo de los siglos manifiesta una clara tendencia regresiva asociada a cambios demográficos, estructurales y productivos.

Durante la Edad Moderna, la propiedad de los molinos aparece estrechamente ligada tanto a particulares como a instituciones eclesiásticas, lo que denota el papel de la Iglesia en la gestión de los recursos hidráulicos y agrarios. El caso del molino de Abajo, propiedad de Pedro Juan Mirallas, ilustra este vínculo entre clero y producción alimentaria. Al mismo tiempo, la documentación del Catastro de Ensenada revela un sistema económico diversificado, en el que coexistían actividades molineras, oleícolas, vinícolas y panaderas, conformando un tejido agroindustrial integrado.

En el siglo XIX, pese a un leve repunte en el número de molinos, la actividad mantuvo un carácter esencialmente artesanal. La modernización técnica solo se generalizó en la etapa final del siglo, como demuestra el Molino de la Cerrá, ejemplo singular de innovación en el medio rural por su capacidad para accionar dos piedras con un solo rodezno. Este molino, al igual que otros de la zona, protagonizó posteriormente la transición hacia la generación de energía eléctrica, fenómeno que marcó el fin de los usos tradicionales del agua y el inicio de la electrificación local.

Durante el siglo XX, la coexistencia de molinos hidráulicos, almazaras y hornos de pan evidencia la persistencia de un modelo productivo de base agrícola, aunque progresivamente condicionado por los avances tecnológicos y por la integración de Bayarque en circuitos energéticos y económicos más amplios. La reconversión del molino de Esteban Teruel en pequeña central hidroeléctrica en la década de 1930 simboliza esta adaptación. No obstante, el cierre progresivo de las instalaciones, culminado con el cese del último molino en los años sesenta y de la última almazara en 1992, marcó el final de una etapa histórica caracterizada por la autosuficiencia local y la economía de subsistencia.

En la actualidad, los restos materiales conservados (en especial el Molino de la Cerrá, incluido en la Lista Roja del Patrimonio, y la almazara de Jerónima de Torres, en excelente estado de conservación) representan valiosos testimonios de la arqueología industrial del sureste peninsular. Su estudio y preservación resultan fundamentales para comprender la evolución de las tecnologías preindustriales y su papel en la configuración del paisaje cultural bayarquino.

En suma, la historia de los molinos y almazaras de Bayarque constituye un ejemplo paradigmático de la transformación de las economías rurales mediterráneas: desde un modelo hidráulico y comunitario hasta su progresiva sustitución por sistemas energéticos modernos, dejando tras de sí un legado patrimonial de indudable valor histórico, técnico y cultural.

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Créditos fotográficos
  • [FOTOGRAFÍAS]: Archivo Gráfico de la Sociedad de Estudios Históricos "María Navarro Encinas" / José Antonio Serrano Navarro.

Un artículo de José Antonio Serrano Navarro

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